lunes, 10 de enero de 2011

Claves para llevar el mensaje

Donde quiera que vayan, prediquen este mensaje: El reino de los cielos está cerca.
Mateo 10:7.


Lectura diaria: Mateo 10:1-42. Versículo para memorizar: Mateo 10:7.


ENSEÑANZA


El devocional de hoy es un complemento de los anteriores. Importante leer todo el capítulo 10 de Mateo, porque es ahí donde encontramos todas las instrucciones dadas por el Señor a sus discípulos, cuando los envió a llevar el mensaje de salvación. Hay varios puntos para tener en cuenta y que deben ser claves para evangelizar:

Primero que todo, Marcos complementando el pasaje nos indica que los envió de dos en dos (Mr. 6:7), porque mejor son dos que uno, si uno cae, el otro lo levanta (Ec. 4:9). (Lo anterior no nos exime de predicar a tiempo y a destiempo y de utilizar todas las herramientas que actualmente disponemos como el internet).

Les dio autoridad para hacer lo mismo que ellos vieron de Él (sanar enfermos, resucitar muertos, echar fuera demonios).

Hacerlo gratuitamente, aunque se entiende que ellos por su trabajo deberían recibir alguna recompensa monetaria. Considero que se refiere a que si están predicando merecen que se les de lo necesario para su sustento y esto debe hacerse a través del diezmo, el que necesariamente tienen que predicar porque está en su Palabra, lo cual es muy diferente a exigir como obligación otros aportes para los predicadores y pastores.

También el Señor los previene sobre lo que padecerán por causa de su nombre e incluso tendrán problemas con las propias familias que no los aceptarán. Irán como ovejas en medio de lobos, “por tanto, sean astutos como serpientes y sencillos como palomas” (v.16).

No temer, porque ni un cabello caerá de la cabeza si el Padre no lo permite (v. 30).

Tener como primera prioridad a Dios, por encima de padre, madre, esposo, esposa e hijos (vv. 34-39).

Termina el Señor sus advertencias, diciéndoles que quienes los reciben, lo están recibiendo a Él y al Padre que lo envió; y que, quien dé siquiera un vaso de agua a uno de ellos, no perderá la recompensa.

Éstas son básicamente, las pautas que debe seguir y que espera aquel que se llama discípulo de Jesús. Después de ellos, nos relata Lucas, el Señor escogió a otros setenta y dos para que fueran del mismo modo. Así poco a poco el evangelio se ha ido propagando a diferentes sitios y naciones. Actualmente, nos toca a nosotros seguir la misión encomendada en Mateo 28:19-20: “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones”. Es una orden y por tanto hay que obedecerla. Al ir, no se puede olvidar algo importantísimo: el amor. De este modo sabrán que somos sus discípulos (Jn. 13:35).

La Iglesia en general debe entender que la gran comisión está dada para rescatar vidas para Dios y no para aumentar sus ganancias y poder o el número de sus miembros. Lo recibimos gratis, debemos devolverlo de igual forma: gratis también.


Amigo: Tú que estás leyendo este devocional, te invito a unirte a los que ya conocemos sobre el reino de Dios para que nos ayudes en la tarea de propagar su mensaje. Podemos orar así:

Señor Jesús: Yo te necesito, te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Por favor entra en mí, perdona mis pecados y hazme la persona que quieres que yo sea. Gracias por hacerlo y por darme una nueva vida contigo. Enséñame Señor a compartirles a otros sobre ti y ser parte de los discípulos que llevan tu mensaje. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

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