¿Quién es Jesús de Nazaret?

-Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente - afirmó Simón Pedro.

Mateo 16:16.

Lectura diaria: Mateo 16: 13-20. Versículo del día: Mateo 16:16.

ENSEÑANZA

Muy seguramente se tiene una noción muy vaga sobre Jesús; que nació en un pesebre, que sufrió y fue crucificado en una cruz, donde además nos lo pintan muy bonito sin haber sido así. Vamos a recordar un poco, quién fue en verdad ese Hombre y qué representa para el cristianismo. Jesús salió de Nazaret y fue bautizado por Juan el Bautista en el Jordán. Aquí descendió sobre Él, el Espíritu Santo y oyó la voz del Padre aprobándolo. Después de escogió a sus discípulos y comenzó su ministerio en Galilea, anunciando que el reino de Dios estaba cerca. Sin embargo, su mensaje de arrepentimiento no les parecía “buenas nuevas” a todos. Sus vecinos lo sacaron de la sinagoga de Nazaret y se trasladó a Capernaúm. En esta ciudad y en Galilea trabajó por más de un año revelando su poder sobre la naturaleza; sobre los espíritus malignos; sobre el cuerpo y las enfermedades y aún sobre la muerte. En el Sermón del Monte reveló su autoridad y al mismo tiempo su amor y compasión por los acongojados y oprimidos. La autoridad con que Jesús enseñaba, su superioridad en las polémicas con los líderes judíos, y sus milagros de sanidad, le otorgaron una marcada popularidad entre el pueblo galileo. Una vez que los doce discípulos comprendieron mejor quien era su Maestro, les intensificó la preparación que les daba para ser luego miembros fundadores de la nueva comunidad. Les lanzó en privado la pregunta “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” (Verso 15). Pedro confesó “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Dichoso Pedro a quien se lo reveló el Padre. En nuestros tiempos, también por revelación del Espíritu Santo, podemos entender y aceptar a ese Hombre llamado Jesús, como el Cristo, el Salvador de la humanidad. Después de entrar como Mesías en Jerusalén vitoreado con palmas por las masas, comenzó su pasión. Celebró la cena pascual con sus discípulos y después de lavarles los píes y anunciar la traición por medio de Judas, instituyó la cena del Señor. En Getsemaní, tuvo una lucha agónica en oración y se entregó a la voluntad del Padre. Su sufrimiento vicario culminó en la cruz. Pero porque su muerte era un “dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:45) y el sacrificio del Cordero por excelencia (Juan 1:29), Jesús pudo encomendarse al Padre, sabiendo que su obra terrestre y redentora había terminado. Este Jesús, el Cristo, el que vino a morir por ti y por mí, desea que no le rechaces, sino que humildemente aceptes su sacrificio en propiciación por tus pecados. Orar es hablar con Dios. Si lo deseas podemos hablar con Dios en este momento y decirle que necesitamos a su Hijo. Hagámoslo: Señor Jesucristo, hoy reconozco que soy pecador y que viniste a morir en mi lugar. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador; gracias por perdonar mis pecados y darme una vida nueva. En tu nombre Jesús, amén. Muy seguramente ya has empezado a entender, quién fue en realidad, Jesús de Nazaret.

Un abrazo y bendiciones.

Bibliografía: Diccionario Ilustrado de la Biblia