viernes, 15 de enero de 2010

Honremos de corazón

Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me adoran; sus enseñanzas no son más que reglas humanas.

Mateo 15:8-9.

Lectura diaria: Mateo 15:1-20. Versículo del día: mateo 15:8.

ENSEÑANZA

La hipocresía siempre está a “flor de piel” como decims en Colombia. Quiere decir que sin estar llamándola, simplemente sale a flote. Creo que si es tan común ser hipócritas con los demás a quienes vemos, con mayor razón lo somos ante Dios a quien no vemos. Quizá adulemos y exaltemos al Señor; muy hermoso estar en la iglesia alabándole y adorándole, pero nuestro corazón, ¿si está de verdad ahí presente? Somos al igual que los fariseos, ¿guías ciegos? El señor nos enseña que lo que contamina a una persona no es exactamente lo que sale de la boca, sino lo que sale del corazón porque es ahí donde se cuecen los malos pensamientos y el deseo de pecar de una u otra forma. Esto me hace pensar en un ejemplo claro: escuchar hablar a los adolescentes, niños y niñas desde los 10 o 12 años es impresionante, de diez palabras pronunciadas siete son palabras soeces. ¿Qué están sembrando ellos en su corazón? Tal vez, ira, resentimiento, falta de amor e incomprensión de parte de sus padres o seguramente inconformismo con el mundo que los rodea. Esto es solamente empezando con los jóvenes pero de igual manera podemos resaltar a los adultos realizando cualquier labor. El empleado, el conductor, el obrero, el hombre de leyes, etc. ¿Qué tienen guardado en su corazón para que estén tan predispuestos ante los demás? Recibamos como cristianos la lección del Señor Jesucristo y esforcémonos para guardarnos de la hipocresía. No sigamos ocultando la realidad, tras la máscara de apariencias. Seguramente si lo empezamos a practicar con nuestros semejantes, podemos llegar a hacerlo más fácil con Dios. Permitámonos el gozo de saber que lo pronunciado con los labios es lo que en realidad corresponde a lo que se encuentra en nuestro corazón y honremos a Dios y al prójimo con verdadera lealtad.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: