sábado, 2 de enero de 2010

Institución del matrimonio

Ésta si es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Se llamará “mujer” porque del hombre fue sacada.

Génesis 2:23.

Lectura diaria: Génesis 2:1-25. Versículo del día: Génesis 2:23.

ENSEÑANZA

Después que el Señor Dios, hizo la tierra no había nadie para cultivarla. Entonces creó al hombre a su imagen y semejanza. Dios, se dijo “no es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada” (verso 18). Entonces el Señor formó de la tierra toda ave del cielo y todo animal del campo y se los llevó al hombre para ver que les pusiera nombre con el fin que encontrara en ellos su ayuda idónea. Sin embargo no la encontró. Entonces Dios le hizo caer en un sueño profundo, le sacó una costilla y le cerró la herida. De esta costilla Dios formó a la mujer y se la presentó al hombre, la cual fue aceptada inmediatamente reconociendo que era hueso de sus huesos y carne de su carne. Desde ese mismo momento Dios quiso que el hombre y la mujer anduvieran juntos y se ayudaran mutuamente. Así la mujer viene a ser el complemento del hombre; su compañera y su colaboradora. En su sabiduría eterna, Dios supo exactamente de donde sacarla, no la tomó de la cabeza ¡ojo mujeres! Para que después se creyera mayor que el hombre; ni la tomó de los píes ¡hombres, por favor! Escuchen bien, no de los píes, para que éste la pisoteara, degradara y humillara. La sacó de una costilla y de cerca al corazón, porque la mujer necesita protección y por encima de todo sentirse amada. Aprendamos cada cual, nuestro papel y no sigamos interfiriendo nosotras en lo que le compete al hombre como cabeza de hogar, y el hombre que aprenda a escuchar a sus esposas, ya que precisamente por ser ayuda idónea, Dios nos proveyó de un sexto sentido para poner a funcionar con sabiduría. Cumpliendo cada cual su verdadero rol para que la sociedad empiece a dar un vuelco total convirtiéndonos en ejes de cambio y solución ante las crisis familiares que día a día, van en aumento. Satanás es muy astuto y por eso sabe muy bien que destruyendo hogares, se lleva por delante no sólo a los cónyuges sino también a los hijos; destruye la base de la sociedad y de ahí en adelante se convierte en huracán, arrasando con todo lo que encuentre a su paso. “Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser” (verso 24). Se instituye el matrimonio por orden divina y por eso Dios sabe lo que hace y dice: “No es bueno que el hombre esté solo”.

Un abrazo y bendiciones.

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