lunes, 11 de enero de 2010

No debemos ser tropiezo

Dichoso el que no tropieza por causa mía.
Mateo 11:6.

Lectura diaria: Mateo 11:1-19. Versículo del día: Mateo 11:6.

ENSEÑANZA

Si el mismo Señor Jesús pronunció esta frase, con mayor razón, nosotros los cristianos no debemos ser tropiezo para nadie “No hagan tropezar a nadie, ni a judíos, ni a gentiles ni a la Iglesia de Dios” (1ª. Corintios 10:32). El tropiezo dentro del contexto bíblico es similar al pecado. La versión Reina Valera nos dice al respecto: “Y cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar” (Mateo 18:21). La Nueva Versión Internacional, va más directo al grano: “si alguien hace pecar”. Somos piedra de tropiezo, cuando por causa nuestra los que ya creen, se desvían del camino correcto puede ser por nuestras palabras, nuestras acciones o proceder. Debemos tener mucho cuidado con esto. “¡Ay del mundo por los tropiezos! Porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!” (Mateo 18:7. Versión reina Valera). ¡Ay del que hace pecar a los demás! Recordemos que esos ayes son expresiones severas y todo lo contrario a una bienaventuranza. Muchas veces tenemos que deponer nuestros gustos y aún nuestros intereses, por el bien de los demás, pensando en su salvación. Pablo nos insiste en imitarlo al respecto, en la primera carta a los corintios 10:33. Estas reglas son las que en últimas nos darán una convivencia apacible porque de todas maneras tenemos que aprender a respetar con tolerancia y amor a nuestro prójimo. “Todo está permitido, pero no todo es provechoso. Todo está permitido, pero no todo es constructivo”. Respetemos la libertad del creyente y no nos dejemos llevar en especial por las palabras, que destruyen fácilmente como piedras que demuelen y hacen caer.

Un abrazo y bendiciones.

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