martes, 19 de enero de 2010

Los niños

Jesús dijo: Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos.

Mateo 19:14.

Lectura diaria: Mateo 19:13-15. Versículo del día: Mateo 19:14.

ENSEÑANZA

Por lo general, los niños son activos, genuinos y honestos. Hablan las cosas sin rodeos y están listos a seguir el ejemplo de los mayores. El Señor Jesús nos deja con los niños dos lecciones para seguir. La una, que en la vida cristiana debemos ser como ellos: diligentes ante el ejemplo de líderes y ancianos. También sencillos, descomplicados y sinceros para hablar con nuestro Padre Celestial. “Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en él” (Marcos 10:14). “Por causa de tus adversarios has hecho que brote la alabanza de labios de los pequeñitos y de los niños de pecho, para silenciar al enemigo y al rebelde” (Salmo 8:2). De ahí se desprende la segunda lección. Dios ha mirado a los niños con amor y les ha dado toda la importancia que merecen. ¿Por qué nosotros muchas veces los menospreciamos y no les damos el lugar que les corresponde? Pienso que porque somos egoístas, orgullosos y creemos sabérnoslo todo, sin darnos cuenta que de esos pequeños podemos aprender bastante y que ellos también son personitas con sus propios conflictos y alegrías. He conocido muchas iglesias cristianas evangélicas demasiado retrógradas o fanáticas, donde los niños y jóvenes ocupan el último lugar. Lo que he podido observar es que ellos al ir creciendo han ido alejándose del Evangelio y esto sucede, porque jamás les pusieron la atención debida. Ejemplos de hijos de pastores es lo que vemos a granel. Si al Señor Jesús no le gustó la actitud de sus discípulos, entonces aprendamos de Él; a Jesús no le importó el cansancio y optó por abrazarlos y acariciarlos porque más que nadie conoce el potencial de un niño. Estoy segura que el cielo va a estar lleno de niños correteando de un lugar para otro. Démosle a los niños la importancia que merecen y seamos como ellos ante la presencia de Dios.

Un abrazo y bendiciones.

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