lunes, 4 de enero de 2010

Arrepentimiento genuino

Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca.

Mateo 4:17.

Lectura diaria: Mateo 4:12.22. Versículo del día: Mateo 4:17.

ENSEÑANZA

Jesús comenzó su ministerio en la región de Galilea con las palabras “arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca”. Antes de sanar enfermos o de realizar otro milagro, predicaba el arrepentimiento. Actualmente también podríamos decir “porque el reino de los cielos está cerca”, ya que estas épocas están marcadas por mucho desastre natural y la maldad del hombre ha llegado a un nivel crítico donde únicamente le importa su ego personal. Yo no sabría si serán los últimos, porque la Biblia dice que sólo lo sabe el Padre; sin embargo hay signos que parecen decir: “Ya”. De todas maneras, sería bueno recurrir al arrepentimiento genuino sea que se estén cumpliendo los tiempos señalados o no; lo mejor es estar preparados y que no coja a nadie inadvertido. Hoy, simplemente les insto a revisar sus vidas cuidadosamente y a entender la obra redentora de Cristo aquí en la tierra. Su misión al nacer, padecer, morir y resucitar no fue otra cosa que el regalo divino del Padre para que a través de su único Hijo, nadie pereciera sino que alcanzara el perdón de pecados para tener derecho a la vida eterna. “Si escuchas hoy su voz, no endurezcas el corazón” (Hebreos 4:7). Entiendo que los afanes cotidianos no dan tiempo para hacer un alto y buscar de Dios, pero para ti que estás leyendo este devocional, es el mensaje. Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida, nadie viene al padre sino por mí” (Juan 14:6), entonces, decide arrepentirte y buscar ese camino que es el único verdadero, los demás son ilusiones pasajeras que llegan y se van. Si éste te ha calado, te invito a orar así: Amado Padre celestial, gracias por enviar a tu Hijo Jesús a rescatarme de las garras del infierno. Hoy me arrepiento de todos mis pecados y le pido a Jesús que tome mi vida y me dirija por el camino auténtico. Deseo conocer de ti y poder ser uno de tus discípulos para llevar este mismo mensaje a tantos que no te conocen. En tu nombre Jesús, amén.

Un abrazo y bendiciones.

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