Nada podrá separarnos del amor de Dios

Pues estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo porvenir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

Romanos 8:38-39.

Te has preguntado ¿qué puede separarte del amor de Dios? Nada. Absolutamente nada y esto nos lo confirma el apóstol Pablo en los versículos anteriores. El amor de Dios es incondicional hacia el hombre. Un amor total y sin reservas, donde ha hallado su perfecta manifestación y realización en la obra redentora de Jesucristo. El amor de Dios es tal que llega a los hombres a través de su único Hijo. Es la perfección del amor de Dios, quien pone a Jesucristo como puente entre Él (Dios Padre) y la humanidad. Esta es la gran diferencia entre religión y cristianismo. La religión busca la manera de llegar a Dios. El cristianismo es Dios llegando al hombre.

El amor de Dios, escoge a los hombres y los llama. Derrama su Espíritu en los corazones de los creyentes y realiza en los amados la purificación, la santificación y la justificación. “Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos”. Juan 15:13.

El Señor Jesús nos manda a permanecer en su amor y nos da un nuevo mandamiento: “que se amen los unos a los otros, como yo los he amado”. Juan 15:12.

¿Estás dispuesto a amar a tus semejantes de la manera que Jesús te ha amado? “En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos”. 1ª. Juan 3:16.

Pidámosle hoy a Dios, que nos permita practicar el amor incondicional que Él nos dejó como ejemplo.

¡El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor!

Un abrazo y bendiciones.