martes, 12 de mayo de 2009

La ira de Dios

Ciertamente, la ira de Dios viene revelándose desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad.

Romanos 1:18.

El apóstol Pablo, en su carta a los romanos, les hace un llamado fuerte exhortándolos a dejar el pecado y enseñándoles lo que les puede pasar si persisten en él. Nadie tiene excusa ante Dios, porque Él se ha dado a conocer desde la creación del mundo (Salmo 19:1). Sin embargo, los que lo han conocido, no lo han glorificado y se desviaron del camino “Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes que eran réplicas del hombre mortal, de las aves, de los cuadrúpedos y de los reptiles”. Versos 22-23.

El hombre ha buscado su propio camino y su relación con Dios se ha interrumpido. Dice Pablo más adelante: “Por tanto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas. En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. Así mismo los hombres dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes, y en sí mismos recibieron el castigo que merece su perversión”. Versos 26-27. Me pregunto: ¿el sida no será un azote a este pecado?

Más adelante afirma que por no tener en cuenta el conocimiento de Dios, Él los entregó a la depravación mental, llenándolos de maldad, perversidad y avaricia. Repletos de envidia, homicidios, disensiones, engaño y malicia. Chismosos, calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes. Se ingenian maldades, se rebelan contra los padres, son insensatos, desleales, insensibles y despiadados. “Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no sólo siguen practicándolas, sino que incluso aprueban a quienes la practican”. Romanos 1: 28-32.

Al igual que Pablo cuyo propósito era disponerlos para acoger el evangelio de Jesucristo, de la misma manera me atrevo a persuadirlos para que revisen sus vidas y si en ellas se encuentran las fallas enunciadas por el apóstol, se dé un giro total y se dispongan a poner atención a las buenas nuevas de salvación.

La ira de Dios es implacable. A Sodoma y Gomorra las destruyó a causa de la inmoralidad sexual a que llegaron. Los actuales tiempos son difíciles, pero el pueblo de Dios saldrá adelante. Sin embargo, hay otro punto importante. Nosotros somos responsables ante Dios del esparcimiento del evangelio. Jesús dejó la gran comisión a cargo nuestro y nuestra responsabilidad, es obedecer este mandato para que se predique el evangelio de Jesucristo, a toda lengua y nación. Cuando esto suceda, el hombre cambiará su modo de vida y la ira de Dios se aplacará. No podemos dejar que se obstruya la verdad y la verdad es Cristo.

¿Crees que lo que estamos viviendo, se asemeja a las afirmaciones de Pablo en su carta a los romanos? Si es así, considera que en nuestras manos está el poner nuestro granito de arena y cumplir el mandado del Señor Jesucristo: EVANGELIZAR.

Un abrazo y bendiciones.


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