domingo, 10 de mayo de 2009

Los hijos son una herencia del Señor

Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa.

Salmo 127:3.

Hoy, que celebramos el día de la madre, tenemos que recapacitar sobre la misión que Dios nos ha encomendado, dándonos el privilegio de formar e instruir a nuestros hijitos en el temor de Él, desde su niñez. “Instruye al niño en el camino correcto, y aún en su vejez no lo abandonará”. Proverbios 22:6.

¿Por qué Dios, dio este privilegio de concebir y criar a las mujeres? Porque Dios sabía lo que albergaba su corazón. Creó a las madres para poder manifestar su amor y ternura a través de ellas. Amor sublime e incondicional, donde todo lo entrega sin pedir nada a cambio, semejante al legado que recibe del Padre Celestial, donde se ama a pesar de.

Madre: Aquella que recuerda con nostalgia, las risas, media lenguas y travesuras de sus niños. Madre: Aquella que goza con los triunfos y sufre con las caídas, penumbras y tristezas del hombre ya formado. Madre: Aquella a quien no le importa que los años pasen, porque de ese hombre que se mueve por el mundo, lleva impregnada en su mente, la risa inocente de aquel niño.

Madre es aquella que perdona y olvida. En su seno se conjuga la palabra amar dejando a cada paso, una huella de lo que significa el verdadero amor. Para ella no es difícil entender “que el amor cubre todas las faltas”.

Señor: Hoy, nosotras como madres te queremos dar gracias por los hijos que nos has dado. Permite que seamos mujeres sabias para guiarlos hacia tí y darles el mejor consejo en el momento apropiado. Derrama todas tus bendiciones en cada uno de ellos. En el nombre de Jesús, amén.

Un abrazo y bendiciones.


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