lunes, 6 de abril de 2009

No se angustien. Confien en Dios

No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí.

Jn 14:1

El mismo Señor Jesús nos manda a no angustiarnos. El no angustiarnos implica ante todo confianza. La confianza es la fe. Fe que debemos tener en Dios y su Palabra. Estas palabras se las decía el Señor a sus discípulos que ya conocían el camino. Sin embargo, si alguno no conoce el camino, Jesús nos enseña que Él lo es. “Yo soy el camino, la verdad y la vida –le contestó Jesús-. Nadie llega al Padre sino por mí”. Juan 14:6.

Ahí tenemos la respuesta. Cuando conocemos el Camino, no tenemos por qué angustiarnos. Debemos dejar nuestras cargas en manos de Jesús (Vengan a mí, todos los que estén cansados y agobiados). Cuando Él las lleva, es más fácil soportarlas.

Entonces, ¿cuál es la conclusión? Si queremos no angustiarnos, debemos buscar ese Camino que es Jesús. Tú puedes estar diciendo: ¡Ya lo conozco y sin embargo me angustio, me preocupo! Entonces, no has aprendido a dejar el trono de tu vida al Señor. Quizá, se te olvida que le dijiste un día, “toma el control de mi vida” y quieres “ayudarle”. Mi consejo es, que dejes al Espíritu Santo que te guíe, para que camines en el Espíritu y no en la carne. Vamos a orar:

Padre Celestial: Gracias por enseñarme cada día mi victoriosa manera de vivir. Gracias por haber dejado a tu Santo Espíritu como mi compañía y Consolador. Te ruego hoy, precioso Espíritu Santo, retomes el trono de mi vida y me guíes por la senda correcta, donde las vicisitudes diarias no me hagan olvidarte. En el nombre de Jesús, amén.

Un abrazo y bendiciones.

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