miércoles, 22 de abril de 2009

No andes difundiendo calumnias entre tu pueblo


No andes difundiendo calumnias entre tu pueblo, ni expongas la vida de tu prójimo con falsos testimonios. Yo soy el Señor.

Levítico 19:16.

Leer el libro de Levítico, yo sé que es aburrido porque sólo encontramos leyes y más leyes. Si bien es cierto que con la venida del Señor Jesucristo se selló un nuevo pacto y se nos ha librado de la ley levítica, este libro sin embargo, tiene aspectos que deberíamos tener en cuenta porque nos ayudan a llevar una vida mejor ante nuestros semejantes y agradable ante Dios.

De todas maneras, aquí Dios nos manda a no calumniar a nuestro prójimo, levantando falsos testimonios. Esto es lo mismo que Dios escribió en las tablas de la ley. A veces creemos que una mentirita es solo eso. Una mentirita más y de ahí no va a pasar. ¿Cuántas veces esa mentirita se transforma en un chisme que lleva a la calumnia?

Actualmente, es jartísimo escuchar noticias especialmente del campo político porque es un “todos contra todos”. Nadie se respeta. El uno acusa, el otro también. Se difaman, se calumnian y no se sale de ese tejemaneje. Muchas veces se puede demostrar la inocencia del acusado, pero el daño ya está causado y no hay quien responda por su infamia y la dignidad de la persona queda por el piso.

Dios nos llama a la santidad. Viendo las reglas de Levítico 19, creo que no están ahí por simple capricho. Debemos tenerlas en cuenta porque nos ayudarán a tener mejores relaciones sociales. Hay normas que nuestros ancestros nos inculcaron, pero que en la actualidad no valen nada. Por ejemplo se nos dice: “Ponte de píe en presencia de los mayores. Respeta a los ancianos”. Verso 32. Esto ya no tiene valor en especial para la nueva juventud. “No roben, no mientan, no engañen a su prójimo, no lo exploten, no retengan su salario”. “Usen balanzas y medidas justas”. Versos 11-13 y 36. ¿Será que esto sí se cumple?

Hay leyes que pensamos “que bobada” como por ejemplo la ley que Dios les dejó a los Israelitas sobre la circuncisión. A nosotros nos puede parecer una tontería, pero precisamente en estos días salió en “EL TIEMPO” de Bogotá, una nota que según estudios realizados la circuncisión ayudaba a no contraer el sida. Los hombres que se la practican están en menor riesgo de padecerla, dice. Entonces hay leyes antiguas que pueden no ser para nosotros estrictas pero que si las guardamos van a ir en pro de nuestra calidad de vida.

Termina el capítulo 19 diciendo: “Obedezcan todos mis estatutos. Pongan por obra todos mis preceptos. Yo soy el Señor”. Verso 37. “Sean, pues, santos, porque yo soy santo”. Levítico 11:45.

Un abrazo y bendiciones.

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