martes, 14 de abril de 2009

Clama a mí y te responderé


Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes.

Jeremías 33:3.


Esta es una de las promesas de restauración, que Dios tiene para nosotros. Simplemente debemos clamarle que Él se encarga de respondernos y aún más allá de lo que podemos imaginar. Nosotros, al igual que el pueblo de Israel, hemos pecado y pasamos por alto todas las bondades con las que el Señor nos ha bendecido. Aún así, su amor es tan infinito y tan grande su misericordia, que nos pide que le clamemos.

Más adelante en el verso 6 a pesar de nuestra infidelidad nos dice: “Sin embargo, les daré salud y los curaré; los sanaré y haré que disfruten de abundante paz y seguridad”. Estas promesas no son solamente para mí, también lo son para ti. Si te las apropias te darás cuenta que no importa por lo que hayas pasado y estés sufriendo porque te dice: “Cambiaré la suerte tuya y de tu casa, y los reconstruiré como al principio. Los purificaré de todas las iniquidades que cometieron contra mí; les perdonaré todos los pecados con los que se rebelaron contra mí”. Versos 7 y 8.

El Señor no solamente está dispuesto a perdonarnos sino también a restaurarnos y restituirnos en cuanto a salud, bienestar y economía. Créele y aprópiate cada una de estas promesas. Clámale con corazón sincero y deja que Él vaya reconstruyendo tu vida y tu casa como lo era antes.

Como testimonio quiero contarles que un 14 de abril, hoy hace 34 años recibí al Señor Jesús en mi corazón. Mi vida cristiana, la comparo con un lecho de rosas. He pasado por innumerables pruebas, pero como dice la Palabra, “muchas son las aflicciones del justo, pero de todas nos librará el Señor”. Eso ha sucedido conmigo. Mi lecho de rosas por el que he transitado con mi Jesús ha sido hermoso. Solamente que en ocasiones he pisado las espinas y éstas me han causado yo diría que leves heridas, que no son nada, al lado de todo el amor y bendición que he recibido con el dulce perfume y tersura de sus pétalos que brotan con el amor infinito del Señor.

Un abrazo y bendiciones.


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