jueves, 9 de abril de 2009

No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno



No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno

Juan 17:15


El Señor Jesús, antes de su pasión y muerte, oró al Padre tanto por Él mismo como por sus discípulos y los que vendrían detrás de ellos, o sea nosotros. Jesús, le pedía al Padre Celestial que fuéramos uno, así como El era uno con el Padre. También rogaba porque nos protegiera con el poder de su nombre. Nos entregó su palabra y por esto el mundo nos odia, pero aclara que no somos del mundo, aún así, como estamos en el mundo, tenemos que cuidarnos del maligno. El Señor conociendo todos los ataques del maligno, ruega al Padre pidiéndole, no que nos quite del mundo, sino que nos libre de los engaños de Satán.

Si observamos con detenimiento el versículo, podemos entender claramente que Dios no quiere que pisemos aire, sino que nos paremos firmemente en la tierra y estemos atentos y velando para que el enemigo no pueda con nosotros.

Es importante el verso, porque muchas veces se cree o se tiene por cristianismo un ritualismo que lleva al fanatismo donde se prohíben cosas como “no puedes reunirte con ellos”, “no debes comer lo que ellos comen”, “no puedes ponerte”, “no puedes arreglarte”, etc., etc. Se imponen tantas cargas que pareciese se quisiera llevar al creyente, a un mundo místico y eso precisamente no es lo que Dios espera ni de ti, ni de mí. Tenemos que estar en el mundo y en ese mundo de tinieblas llevar la luz del Evangelio, la luz de Cristo. Hacía allá es que va la oración del Señor por sus discípulos.

Quítate tantas capas de cargas impuestas como tan libre quieras ser. Recuerda que Jesús vino a darnos libertad y la libertad es diferente tanto del libertinaje como del fanatismo. El libertinaje te lleva a la indiferencia y el fanatismo a la hipocresía. Sé radical en tus convicciones, ora constantemente y aliméntate de la Palabra de Dios, que es su verdad, para que también seas santificado. De este modo no le das cabida a Satanás para que te ponga trampas y tropieces. Así puedes apreciar la oración que el Señor elevó por ti, en el Getsemaní.

Un abrazo y bendiciones.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que los creyentes deveriamos permitir que lo que en verdad somos hable por nosotros. Creo que hoy en dia, el ser Cristiano se ha tomado muy a la lijera y "los creyentes" (no generalizo) viven una doble vida, una en la iglesia y otra fuera de ella, por eso el que un "religioso" "creyente" participe de las cosas del mundo secular es "aceptable" pero POR SUS FRUTOS LOS CONOCEREIS. Creo que la doble moralidad es cosa de tomarse muy en serio, pues la venida de Cristo cada vez esta mas cerca y cada alma que podamos rescatar de las garras del enemigo (con nuestro testimonio) es muy importante.

Dora C. dijo...

Muchas gracias por el comentario que hiciste sobre este devocional.
Un abrazo y mil bendiciones.