viernes, 16 de julio de 2021

Nunca es tarde para empezar

Y todavía mantengo la misma fortaleza que tenía el día en que Moisés me envió. Para la batalla tengo las mismas energías que tenía entonces. Dame, pues, la región montañosa que el Señor me prometió en esa ocasión. 

Josué 14:11-12a. NVI.


Lectura: Josué 14:6-15.  Versículos del día: Josué 14:11-12a.


MEDITACIÓN DIARIA


Según parece, un extenso estudio en Estados Unidos encontró que la edad más productiva en la vida del ser humano es entre los 60 – 70 años de edad; siendo la segunda entre los 70 – 80 años. Y eso no es de ahora; si nos damos cuenta Caleb ya tenía ochenta y cinco años cuando le recordó a Josué la promesa de Moisés de darle la herencia, por haberle sido fiel al Señor cuando fue en la expedición a explorar el país de la tierra prometida para Israel. Le afirmó a Josué lo siguiente: “aquí estoy este día con mis ochenta y cinco años: ¡el Señor me ha mantenido con vida!  Y todavía mantengo la misma fortaleza que tenía el día en que Moisés me envió. Para la batalla tengo las mismas energías que tenía entonces” (vv. 10-11).  Si hay algo que llama la atención aquí en Estados Unidos es ver gente de ochenta y noventa años todavía trabajando (Dios bendiga a esta nación que no discrimina a nadie por la edad). Aparte de eso, en mi concepto esto es de mucho valor, puesto que las personas siempre se van a sentir útiles y que viven todavía.

Entre los famosos que alcanzaron el éxito siendo mayores están: Winston Churchill; premio Nobel de Literatura (79 años); Giuseppe Verdi; su obra ‘Otelo’ (74 años); Alexander Fleming; Premio Nobel de Medicina (64 años); Goethe, publicó ‘Fausto’ (80 años), Miguel de Cervantes; escribió la segunda parte del ‘Quijote’ (68 años).

Así que nadie puede decir: ‘estoy viejo para estudiar’; ‘con mis años ya no se puede’; ‘eso es trabajo de jóvenes, yo no’. Nada de esto es válido si todavía tenemos vida. Y tampoco vale los que encima dicen: ‘es mejor que te retires’; ‘el tren ya pasó’. No, nada de eso es cierto. El Señor dice: “Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán” (Isaías 40:30-31). Así que: ¡arriba ese ánimo! ¡Nunca es tarde para empezar!


Amado Señor: gracias porque a través de tu Palabra nos fortalecemos y llenamos de Tu Presencia para continuar con nuevas fuerzas por el sendero trazado. Señor, muéstranos tu santa voluntad para discernir la obra que nos tienes preparada para cumplir tu propósito en cada uno de nosotros. Gracias, muchas gracias bendito Dios y Señor.


Un abrazo y bendiciones.

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