Y todavía mantengo la misma fortaleza que tenía el día en que Moisés me envió. Para la batalla tengo las mismas energías que tenía entonces. Dame, pues, la región montañosa que el Señor me prometió en esa ocasión.
Josué 14:11-12a. NVI.
Lectura: Josué
14:6-15. Versículos del día: Josué
14:11-12a.
MEDITACIÓN DIARIA
Según parece, un extenso estudio
en Estados Unidos encontró que la edad más productiva en la vida del ser humano
es entre los 60 – 70 años de edad; siendo la segunda entre los 70 – 80 años. Y
eso no es de ahora; si nos damos cuenta Caleb ya tenía ochenta y cinco años
cuando le recordó a Josué la promesa de Moisés de darle la herencia, por
haberle sido fiel al Señor cuando fue en la expedición a explorar el país de la
tierra prometida para Israel. Le afirmó a Josué lo siguiente: “aquí estoy este
día con mis ochenta y cinco años: ¡el Señor me ha mantenido con vida! Y todavía mantengo la misma fortaleza que
tenía el día en que Moisés me envió. Para la batalla tengo las mismas energías
que tenía entonces” (vv. 10-11). Si hay
algo que llama la atención aquí en Estados Unidos es ver gente de ochenta y
noventa años todavía trabajando (Dios bendiga a esta nación que no discrimina a
nadie por la edad). Aparte de eso, en mi concepto esto es de mucho valor,
puesto que las personas siempre se van a sentir útiles y que viven todavía.
Entre los famosos que
alcanzaron el éxito siendo mayores están: Winston Churchill; premio Nobel de Literatura
(79 años); Giuseppe Verdi; su obra ‘Otelo’ (74 años); Alexander Fleming; Premio
Nobel de Medicina (64 años); Goethe, publicó ‘Fausto’ (80 años), Miguel de
Cervantes; escribió la segunda parte del ‘Quijote’ (68 años).
Así que nadie puede
decir: ‘estoy viejo para estudiar’; ‘con mis años ya no se puede’; ‘eso es
trabajo de jóvenes, yo no’. Nada de esto es válido si todavía tenemos vida. Y
tampoco vale los que encima dicen: ‘es mejor que te retires’; ‘el tren ya pasó’.
No, nada de eso es cierto. El Señor dice: “Aun los jóvenes se cansan, se
fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán
sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y
no se cansarán” (Isaías 40:30-31). Así que: ¡arriba ese ánimo! ¡Nunca es tarde
para empezar!
Amado Señor: gracias
porque a través de tu Palabra nos fortalecemos y llenamos de Tu Presencia para
continuar con nuevas fuerzas por el sendero trazado. Señor, muéstranos tu santa
voluntad para discernir la obra que nos tienes preparada para cumplir tu
propósito en cada uno de nosotros. Gracias, muchas gracias bendito Dios y
Señor.
Un abrazo y bendiciones.
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