miércoles, 14 de julio de 2021

Eres Soberano sobre cielos, mares y tierra

 Tributen al Señor, seres celestiales, tributen al Señor la gloria y el poder. Tributen al Señor la gloria que merece su nombre; póstrense ante el Señor en su santuario majestuoso. 

Salmo 29:1-2. NVI.


Lectura: Salmo 29:1-11.  Versículos del día: Salmo 29:1-2.


MEDITACIÓN DIARIA


Este Salmo de David es un reconocimiento de todos los seres celestiales que están al servicio del Señor para que le rindan el honor y la gloria que merece. Tributo que nosotros igual, debemos ofrecerle porque Él es Grande y Poderoso. Toda la lectura está basada en que es el mismo Señor y Dios quien actúa sobre los mares retumbando como los truenos; su voz es majestuosa y potente. Derriba los cedros y hace saltar a los montes. La voz del Señor resuena con relámpagos; sacude el desierto, retuerce los cedros y deja sin árboles los bosques. Termina diciendo que nuestro Dios es el rey de las lluvias y se sienta en su trono a reinar por siempre (vv. 3-10). Así es: todos los fenómenos naturales nos hablan de su Creador que es el nuestro también. Lo vemos en las tempestades, el los terremotos, maremotos, huracanes, tormentas diferentes; no nos equivoquemos es el Señor, Dueño del universo y de todo cuanto existe que se nos manifiesta de una u otra manera, con el fin de que volteemos los ojos hacia Él y lo reconozcamos como el Gran Dios Creador de cielos, mares y tierra. Y yo me pregunto ¿por qué no lo hacemos? Mi mami contaba lo que la había impactado una vez que estaba en el campo y de un momento a otro cayó un rayo en seco, en medio del patio donde había gallinas correteando. Al momento del rayo, las gallinas de hincaron y cacarearon hacia el cielo como clamándole a Dios y reconociendo su poder. Ella contaba que fue tan impactante el espectáculo que se erizó completamente y dijo: ‘Dios, todos ellos son tuyos. Son tu obra’. Igual pasa en el Llano, cuando hay un temblor de tierra, el ganado asimismo se hinca. Y nosotros, ¿Quiénes nos creemos si no somos capaces de reconocerle como nuestro Soberano Señor? Es verdad que el hombre no ha sabido cuidar esta tierra entregada para bien, pero no dejemos de reconocer que en medio de cualquier fenómeno natural está Dios. No es la energía, no es el factor climático; no son los extraterrestres, es Dios y únicamente Dios.

Termina la lectura, diciéndonos que por duras que sean estas manifestaciones, Dios cuida a su pueblo y su pueblo es su Iglesia a quién llena de fuerza y la bendice con su paz (v. 11). Reconozcámosle y démosle gloria a Él.


Amado Señor: gracias por tu Palabra que encierra toda la verdad que a diario nos revelas. Gracias porque Tú Eres el Dios Majestuoso y Poderoso. Te honramos Señor por la gloria de tu Nombre y te adoramos en la magnificencia de tu santidad. El universo te pertenece; el cosmos y más allá de los cielos todo es Tuyo y Eres Soberano sobre ellos. ¡La Gloria, la Honra y el Honor son para Ti!


Un abrazo y bendiciones.

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