El que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina.
Proverbios 13:3. NVI.
Lectura: Proverbios
13:1-25. Versículo del día: Proverbios
13:3.
MEDITACIÓN DIARIA
¿Por qué nos costará
tanto tener la lengua quieta? Dicen que en esto somos muy dadas las mujeres,
pero no creamos que los del sexo masculino son la excepción. He conocido
hombres que no solamente son dados a hablar más de lo necesario, sino que
incluso, se atreven a juzgar a diestra y siniestra sin tener en cuenta que el
que juzga también será juzgado (Lucas 6:37). Chismosear, criticar, hablar mal
del prójimo, juzgar, murmurar; Todas estas acciones son a la larga la misma cosa.
Recordemos que la Palabra de Dios nos exhorta continuamente a tener la boca
cerrada. Tan así es, que nos afirma: “En la lengua hay poder de vida y muerte;
quienes la aman comerán de su fruto” (Proverbios 18:21). Exactamente; la lengua
juega un papel tan importante en la vida de las personas que muchas veces, incluso,
pecamos al proferir palabras negativas, por ejemplo, a nuestros hijos. Suele ocurrir
con frecuencia y ni siquiera lo percibimos.
Propongámonos entonces, expresar
solamente palabras de ánimo, de aliento, de fortaleza, de positivismo, de fe,
de esperanza y de una dosis grande de amor. Es más fructífero dar una palabra
amorosa a alguien que destruirlo con otra malintencionada. ¡Tengamos mucho
cuidado con la lengua! Las palabras levantan o derrumban.
Amado Señor:
Enséñanos a dar vida a todos los que continuamente están alrededor. No permitas
Señor que nuestras lenguas se muevan para derrumbar y destruir; al contrario,
que siempre broten de nuestros labios palabras suaves, mansas e impregnadas del
amor tuyo que es el que nos corresponde ofrecer sin distingo de ninguna clase.
Gracias, muchas gracias buen Señor.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario