Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. M
ateo 5:5. RVR 1960.
Lectura: Mateo
5:1-12. Versículos del día: Mateo 5:5.
MEDITACIÓN DIARIA
Escuché una prédica de
Rick Warren sobre: ‘La fuerza de la mansedumbre’ y quise hacer este devocional
sobre algunos puntos que me edificaron y que yo complementé de acuerdo a lo
expuesto.
Mansedumbre es sinónimo
de humildad, de apacibildad, de bondad, de clemencia, de sosiego, de agrado. La
mansedumbre es una fuerza bajo control. De ninguna manera indica debilidad o
que somos tontos. Los débiles son los arrogantes, los orgullosos, los envidiosos,
los chismosos (el complejo de inferioridad se demuestra con actos de
superioridad hacia los demás). Hay una promesa para quienes practican la
mansedumbre: “recibirán la tierra por heredad”. Difícil de entender, pero el
mismo Señor Jesús lo dijo en el Sermón del Monte y así será.
Ahora miremos algunas de
sus ventajas: la mansedumbre apacigua el conflicto, reduce el disgusto. Es el
antídoto del enojo. “La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa
leña al fuego” (Proverbios 15:1).
Tenemos la predisposición de imitar las emociones; si alguien se enoja
contigo, tú puedes resultar enojado también; si te grita, la tendencia es
gritarle el doble; igual sucede si se muestra gozoso, te contagias de su
alegría. La mansedumbre es la respuesta para las grandes ofensas y desarma a
los críticos. Hay que aprender a manejar las críticas. Cuando se responde con
mansedumbre, los críticos tendrán que callar. El responder con gentileza nos
pone por encima de ellos. Dios nos manda a ser mansos en toda ocasión y con
todos. No con los que nos conviene o piensan igual que nosotros; es con todos
sin dejar a nadie por fuera. No creamos que, por no ser cristianos o por tener
un partido diferente u otras corrientes, tenemos que dejar a un lado la
mansedumbre; de ninguna manera. Si somos mansos, ganaremos mucho y quizá a
algunos de ellos también. Por eso es que mansedumbre es fuerza bajo control. La
mansedumbre no va con la agresividad porque esta virtud, lo que hace es atraer
a las personas no alejarlas.
Pidámosle al Señor el
deseo de practicar la mansedumbre; comencemos por casa con cada uno de los integrantes
de nuestra familia, sean pequeños o grandes. Llevémosla al conducir, al
trabajo, a la escuela o universidad. Al ir a una entidad pública o privada.
Hagámosla nuestra amiga y aliada; nunca la dejemos por fuera. Seguro que
cosecharemos grandes frutos. Les recomiendo escuchen la prédica completa.
Amado Señor:
gracias por enseñarnos a ser mansos. Permite que en todo tiempo y lugar sepamos
responder a todos mansamente como es tu deseo. Gracias porque Tú Señor, nos
dejaste un gran ejemplo de humildad y tu amor nos atrae continuamente. Queremos
ser como Tú. ¡Te amamos Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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