No teman, porque así dice el Señor Todopoderoso: Dentro de muy poco haré que se estremezcan los cielos y la tierra, el mar y la tierra firme; ¡haré temblar a todas las naciones! Sus riquezas llegarán aquí, y así llenaré de esplendor esta casa —dice el Señor Todopoderoso.
Hageo 2:6-7. NVI.
Lectura:
Hageo 2:1-9. Versículos del día: Hageo
2:6-7.
MEDITACIÓN
DIARIA
Hace ya varios años, el
Señor me dio esta promesa y aún la estoy esperando. Hoy, al llegar a este
capítulo de Hageo la vuelvo a recordar y para mí es como si el Señor me dijera:
‘lo voy a hacer, espera porque sin duda llegará’. Bueno; la verdad es que sí le
creo al Señor porque cuando me la dio nuestra situación financiera estaba
bastante mal y de manera extraordinaria empezó a abrir las ventanas de los
cielos. Y es que la promesa abarca más: “Mía es la plata, y mío es el oro
—afirma el Señor Todopoderoso—. El esplendor de esta segunda casa será mayor
que el de la primera —dice el Señor Todopoderoso—. Y en este lugar concederé la
paz, afirma el Señor Todopoderoso” (vv. 8-9). Y lo creo porque a lo largo de la
promesa son cuatro veces las que me reafirma que lo dice Él, el Dios
Todopoderoso que es mi Dios. No me lo está diciendo a través de nadie sino Él
directamente. Lo más hermoso para mí es saber que es una promesa con
restauración total: “Y será este el lugar desde donde estableceré mi paz y
seguridad. Lo digo yo, el Señor Todopoderoso” (v. 9 en otra versión).
Amado Señor:
gracias porque sé que tus promesas son SÍ y AMÉN. Creo firmemente que Eres
Poderoso y no solamente me lo has demostrado en el área física; me lo manifiestas
de igual manera en todas las áreas de mi vida como tal y ahora me ratificas tu
posición frente a la promesa dada. Gracias Dios y Señor mío porque lo creo, lo
confirmo y lo declaro para la bendita gloria de tu Nombre, que será exaltado
ahora y para siempre. ¡Gracias, gracias buen Dios y Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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