Así que el ángel les dijo a los que estaban allí, dispuestos a servirle: ¡Quítenle las ropas sucias! Y a Josué le dijo: Como puedes ver, ya te he liberado de tu culpa, y ahora voy a vestirte con ropas espléndidas.
Zacarías 3:4. NVI.
Lectura: Zacarías
3:1-10. Versículo del día: Zacarías 3:4.
MEDITACIÓN DIARIA
En su visión Zacarías ve
al sumo sacerdote que era Josué vistiendo ropas sucias y Satanás situado a su
mano derecha, acusándolo. Recordemos que es lo que sabe hacer el enemigo:
acusarnos a toda hora. Pero ¿qué pasó? El mismo ángel del Señor sale en su
defensa: “¡Que el Señor te reprenda, Satanás! ¿Acaso no es este hombre un tizón
rescatado del fuego?” (v. 2b).
Ahora, situémonos en
nuestro tiempo: bien es cierto que el hombre anda buscando caminos para
encontrar a Dios; está alejado de Él. Se encuentra en un mundo completamente en
caos que ha llegado ya al degenere total, sin respeto por la vida ni amor hacia
el prójimo; por lo tanto, exactamente es un tizón, con ropas sucias y viles.
Por eso necesita ser limpiado por el verdadero Sumo Sacerdote que es el Señor
Jesucristo. Jesús de Nazaret es el único que perdona nuestros pecados y libera
de toda culpa. Todos hemos pasado por el mismo proceso sin excepción alguna.
Todos tuvimos la necesidad de ser limpiados y vestidos con ropas limpias;
Satanás no tiene cabida en nuestras vidas, por lo tanto, ya no puede acusarnos.
Y cuando el Señor vuelva así es que va a encontrar a su Iglesia que es su novia:
con ropas limpias; vestida de lino fino y resplandeciente.
Amado Señor Jesús:
te reconocemos como nuestro Sumo Sacerdote que perdonas todos los pecados y te
aceptamos como el Señor y Salvador de nuestras vidas. Gracias porque nos
acercamos a Ti sabiendo que no solamente nos perdonas, sino que también nos
limpias. Rescata buen Dios a tantos que están atados como tizones en medio de
un fuego devorador. Tráelos a tu reino y vístelos con ropas limpias y espléndidas.
Gracias, muchas gracias mi Señor.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario