Rescata a los que van rumbo a la muerte; detén a los que a tumbos avanzan al suplicio.
Proverbios 24:11. NVI.
Lectura: Proverbios
24:1-34. Versículo del día: Proverbios
24:11.
MEDITACIÓN DIARIA
Esta es una exhortación
clara para todo cristiano y que no termina ahí; continúa: “Pues aunque digas, ‘Yo
no lo sabía’, ¿no habrá de darse cuenta el que pesa los corazones? ¿No habrá de
saberlo el que vigila tu vida? ¡Él le paga a cada uno según sus acciones! (v. 12).
Siempre me ha parecido
que es un mandato claro de compartir el mensaje del Señor Jesús. Sabemos de
muchos testimonios sobre personas que estaban al borde del suicidio y el Señor
puso en el corazón de uno de los suyos hablarle de Él. Sus vidas dieron un giro
y después gozosas hablaban de su conversión. Creo que a esto se refiere el versículo del
día. Y el versículo que sigue es bien duro. Si el Señor nos reclama el no haber
testificado al que estaba tan desesperado, que su única solución era acabar con
su vida, no podemos salirle con la frase de: ‘Yo no lo sabía’. Dios conoce más
que nadie nuestros corazones y sabe lo que se esconde en él; así que no podemos
ir con excusas que no valen la pena.
Estudiando el Libro de la
“Celebración de la disciplina” he aprendido algo básico y que me gustaría
compartirles. En el capítulo sobre la meditación habla de orar y obedecer. Esto
es muy aplicable a lo que debemos hacer para difundir el Evangelio: oír la voz
de Dios y obedecer su Palabra. Jesucristo está vivo entre nosotros como Sacerdote
para perdonarnos; como Profeta para enseñarnos; como Rey para gobernarnos y
como Pastor para guiarnos. Por eso, propongámonos hablar a diestra y siniestra de
nuestro Señor y Salvador a quien conocemos en todas esas dimensiones. Nuestro
buen Pastor nos puede guiar hacia la persona que lo necesita con urgencia.
Amado Señor Jesús:
te damos gracias por tu Palabra porque toda ella nos enseña y es más dulce que
la buena miel al paladar. Queremos hacer tu voluntad e ir hacia el necesitado de
espíritu, llevando parte de tu manjar para ayudarles a salir de la fosa en la
que se encuentran y pasarlos de las tinieblas a la Luz verdadera que Eres Tú.
Pon en cada uno de los tuyos, tanto el querer como el hacer por tu buena
voluntad. Gracias, muchas gracias buen Señor.
Un abrazo y bendiciones.
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