viernes, 26 de marzo de 2021

Escribe mi nombre en el Libro de la Vida

Vuelve a lo que escuchaste y creíste al principio, y retenlo con firmeza. Arrepiéntete y regresa a mí. Si no despiertas, vendré a ti de repente, cuando menos lo esperes, como lo hace un ladrón. 

Apocalipsis 3:3. NTV.


Lectura: Apocalipsis 3:1-6.  Versículo del día: Apocalipsis 3:3.


MEDITACIÓN DIARIA


Pienso que si el Señor ha puesto nuevamente en mi corazón leer Apocalipsis es porque quiere afirmarme respecto a mi fe; que si me he desviado vuelva al camino que una vez me enseñó y que poco a poco por aquellas cosas de la vida, vamos dejando a un lado en el andar. Por esta misma razón es que he querido compartir con ustedes exactamente, lo que el Espíritu Santo me revela.

Creo que en cada una de las Iglesias a las que va dirigido el mensaje del Señor, tenemos algo para aprender o para recordar. Aquí, nuevamente nos llama a volvernos a lo que hemos recibido y oído. Hay que arrepentirnos y regresar hacia nuestro Dios y Salvador. Quizá es un llamado o recordatorio porque los tiempos son bien difíciles y no sabemos cuándo volverá el Señor. Pudiera ser esta misma noche o en este instante; por lo tanto, es mejor estar preparados. “Todos los que salgan vencedores serán vestidos de blanco. Nunca borraré sus nombres del libro de la vida, sino que anunciaré delante de mi Padre y de sus ángeles que ellos me pertenecen” (v. 5). Al arrepentirnos y aceptar la obra del Señor Jesús por nosotros, quedamos inmediatamente inscritos en el Libro de la Vida y nunca nuestros nombres se borrarán de ahí. Esta es la seguridad de salvación que tenemos y la bendita esperanza de una vida futura en el cielo con nuestro amado Jesús.

Si no tienes seguridad de salvación, este puede ser el momento preciso para que voltees los ojos hacia Jesús de Nazaret. Arrepiéntete y ven con Él. Te invito a orar así:


Señor Jesucristo: yo te necesito. No sé si alguna vez te he dicho que seas mi Señor y Salvador. Hoy quiero arrepentirme de mis pecados y decirte que te entrego mi vida para que la dirijas Tú. Hazme la persona que deseas que yo sea; perdona mis pecados y por favor escribe mi nombre en el Libro de la Vida. Gracias porque sé que jamás lo borrarás de ahí y gracias por permitirme conocerte de una manera especial. Amén.


Un abrazo y bendiciones.

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