Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor.
Apocalipsis 2:4. NVI.
Lectura: Apocalipsis
2:1-7. Versículo del día: Apocalipsis
2:4.
MEDITACIÓN DIARIA
Este es el mensaje a la
Iglesia de Éfeso, y es bueno para cada uno de nosotros, según mi opinión, tomar
parte en lo concerniente. Ayer precisamente, hablaba sobre volver al primer
amor con el Señor y hoy el Espíritu Santo nos lo está confirmando. De ninguna
manera por abandonarlo vamos a perder la salvación, a no ser que se haya
apostatado de la fe. Así que, en lo que nos corresponde tenemos simplemente es analizar
los motivos que nos han alejado: “Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y
vuelve a practicar las obras que hacías al principio” (v. 2).
Cuando nos enamoramos por
primera vez, creemos haber encontrado el príncipe azul las mujeres y quizá al
hombre le sucede igual. Ese primer amor queda guardado a través del tiempo y el
recuerdo vivido como una experiencia maravillosa. Entonces, si esto sucede con
un ser humano, ¿cómo no el primer amor con el Señor Jesús? Personalmente
recuerdo querer hablar a diestra y siniestra de Él; deseaba que todos supieran
de su gran amor, de quién era verdaderamente Jesús de Nazaret. Mi cara era
diferente porque su luz se irradiaba en ella y su presencia me deleitaba con
alegría; por lo tanto, mi corazón alegre hermoseaba mi rostro (Proverbios 15:13
RVR 1960). Permanecía risueña, sentía gozo y paz en mi corazón como nunca antes.
Pero es verdad; después
de los años se nos olvida lo que el Señor ha hecho por nosotros y cómo fue que
nos cautivó. Se nos olvida de dónde salimos e incluso las proezas que ha
realizado en nuestra vida. Por eso es necesario volver a ese primer amor; es
necesario practicar las obras que hacíamos al principio. Que esa sea la
respuesta a la reflexión de hoy.
Amado Señor Jesús:
no queremos alejarnos más de Ti. Nos cautivaste con tu amor y olvidaste todas
nuestras transgresiones. Has demostrado tu infinita misericordia no solo en el
área espiritual, sino que hemos visto tu mano sanando las dolencias y deficiencias
en nuestro ser. Gracias bendito Señor por haber puesto tu mirada en cada uno de
nosotros. No merecemos tanto amor de parte Tuya. Perdona nuestra indiferencia y
apatía. Enséñanos a no olvidar de dónde nos rescataste y a ser agradecidos Contigo.
¡Te amamos dulce amor incondicional!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario