jueves, 11 de marzo de 2021

Volvamos al primer amor con el Señor Jesús

Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor. 

Apocalipsis 2:4. NVI.


Lectura: Apocalipsis 2:1-7.  Versículo del día: Apocalipsis 2:4.


MEDITACIÓN DIARIA


Este es el mensaje a la Iglesia de Éfeso, y es bueno para cada uno de nosotros, según mi opinión, tomar parte en lo concerniente. Ayer precisamente, hablaba sobre volver al primer amor con el Señor y hoy el Espíritu Santo nos lo está confirmando. De ninguna manera por abandonarlo vamos a perder la salvación, a no ser que se haya apostatado de la fe. Así que, en lo que nos corresponde tenemos simplemente es analizar los motivos que nos han alejado: “Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio” (v. 2).

Cuando nos enamoramos por primera vez, creemos haber encontrado el príncipe azul las mujeres y quizá al hombre le sucede igual. Ese primer amor queda guardado a través del tiempo y el recuerdo vivido como una experiencia maravillosa. Entonces, si esto sucede con un ser humano, ¿cómo no el primer amor con el Señor Jesús? Personalmente recuerdo querer hablar a diestra y siniestra de Él; deseaba que todos supieran de su gran amor, de quién era verdaderamente Jesús de Nazaret. Mi cara era diferente porque su luz se irradiaba en ella y su presencia me deleitaba con alegría; por lo tanto, mi corazón alegre hermoseaba mi rostro (Proverbios 15:13 RVR 1960). Permanecía risueña, sentía gozo y paz en mi corazón como nunca antes.

Pero es verdad; después de los años se nos olvida lo que el Señor ha hecho por nosotros y cómo fue que nos cautivó. Se nos olvida de dónde salimos e incluso las proezas que ha realizado en nuestra vida. Por eso es necesario volver a ese primer amor; es necesario practicar las obras que hacíamos al principio. Que esa sea la respuesta a la reflexión de hoy.


Amado Señor Jesús: no queremos alejarnos más de Ti. Nos cautivaste con tu amor y olvidaste todas nuestras transgresiones. Has demostrado tu infinita misericordia no solo en el área espiritual, sino que hemos visto tu mano sanando las dolencias y deficiencias en nuestro ser. Gracias bendito Señor por haber puesto tu mirada en cada uno de nosotros. No merecemos tanto amor de parte Tuya. Perdona nuestra indiferencia y apatía. Enséñanos a no olvidar de dónde nos rescataste y a ser agradecidos Contigo. ¡Te amamos dulce amor incondicional!


Un abrazo y bendiciones.  

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