lunes, 31 de agosto de 2020

Llévanos por el camino recto


Me halagan de labios para afuera, pero después solo buscan las ganancias injustas. 
Ezequiel 33:31c. NVI.

Lectura: Ezequiel 33:21-33.  Versículo del día: Ezequiel 33:31c.

MEDITACIÓN DIARIA

Tal como lo describe Ezequiel, así pasa muchas veces: se espera llegar al día de la predicación, se acercan todos y se sientan a escuchar lo que el Señor va a hablar por intermedio del Pastor, pero al salir todo queda olvidado y nada se practica (vv. 30-31). No hay una conversión de verdad; “Me halagan de labios para afuera”.
En el mundo se obra tan hipócritamente que pareciese que pensáramos que con Dios las cosas son de la misma manera y ¡cuán equivocados estamos! Dios ama al de corazón íntegro. Esa integridad debe cubrir todas las áreas de nuestra vida y saber que, por encima de todo, está el amor a Dios. Esto no quiere decir que no vamos a pecar; infortunadamente todavía vivimos en esta carne y la naturaleza pecaminosa nos arrastra a hacer lo que Dios no quiere. Pero como decía Pablo: “¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal?  ¡Gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor!” (Romanos 7:24-25). Sí, gracias a nuestro buen Jesús quien ya se llevó todo el peso de nuestros pecados. El Señor vaya haciendo su obra en cada uno y renovando día a día la vida de los que hemos llegado a sus pies.

Amado Señor Jesús: queremos ser transparentes y hablar Contigo cara a cara sin tapujos ni mentiras. Tú, más que nadie nos conoces y sabes todo cuánto somos. Toma nuestras vidas y saca lo que aún esté interrumpiendo esa relación. Perdona Señor nuestra infidelidad y llévanos por el camino recto. Muchas gracias bendito Señor.

Un abrazo y bendiciones.


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