Todo el que peque merece la muerte, pero ningún hijo cargará con la culpa de su padre, ni ningún padre con la del hijo: al justo se le pagará con justicia y al malvado se le pagará con maldad.
Ezequiel 18:20. NVI.
Lectura: Ezequiel
18:1-31. Versículo del día: Ezequiel
18:20.
MEDITACIÓN DIARIA
Bien lo dijo Dios a través
del profeta Ezequiel. Y ahora después de la muerte de Jesús quien fue el que cargó
con toda la maldad de la humanidad, con mayor razón. La salvación está
disponible para cualquier persona que reconozca el sacrificio de Cristo. Todos
hemos pecado y por lo tanto estamos separados de Dios (Romanos 3:23); aquí no excluye
a nadie por más bueno que haya sido. La salvación no es por obras, es por la fe
en el Hijo de Dios (Efesios 2:8-9). La paga del pecado es muerte (Romanos 6:23);
el pecado es el causante de la muerte tanto física como espiritual. En la
lectura podemos comprobarlo: “La persona que peque morirá” (v. 4). Sin embargo,
el amor de Dios Padre fue tan grande que no escatimó en darnos a su propio Hijo
para que viniera a morir por nosotros (Romanos 5:8). Él te está llamando a ti;
no a tu padre ni a tu madre ni a tu hermano; es específicamente a ti. Cada uno
es responsable de sus actos.
Gracias al bendito Señor
Jesús que vino para restituirnos con el Padre y darnos vida y vida eterna. Así
que no importa cuán pecador hayas sido tú o tus padres, Jesús ya pagó por ti y
su deseo es que te salves. Tú tienes ahorita la oportunidad de hablar con Jesús
y entregarle su vida a Él. Ríndete a sus pies y reconoce que eres pecador. Te
puedo guiar con una corta oración. Por favor, oremos:
Señor Jesucristo:
yo te necesito. Confieso que soy pecador y hoy decido aceptarte en mi vida para
que vengas a ser mi Señor y Salvador. Gracias por haber pagado Tú, todo lo que
me correspondía a mí. Gracias por perdonarme, limpiarme y darme una vida segura
Contigo hasta la eternidad. En tu Nombre Jesús, amén.
Un abrazo y bendiciones.
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