Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado.
Hebreos 4:15. NVI.
Lectura: Hebreos
4:14-16. Versículo del día: Hebreos
4:15.
MEDITACIÓN DIARIA
Cantidad de veces pasamos
por encima de versículos y no nos percatamos de la profundidad de ellos. En
estos días escuché algo al respecto precisamente del versículo de hoy y me hizo
reaccionar. El Señor me mostraba que Él había sido tentado en todo, pero no
había pecado. A ver si me explico: Si creemos que no somos fuertes ni capaces
de resistir ciertas tentaciones, es un aliciente el saber que nuestro buen
Señor también las tuvo y Él que nos conoce más que nadie, no nos juzga, sino
que, al contrario, puede darnos la salida.
Jesús entiende nuestras
debilidades porque las experimentó igual. Necesitamos es ir hacia Él: “Así que
acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar
la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos” (v. 16); lleguemos
con la plena confianza de su gracia derramada en nosotros y abrámosle nuestro
corazón.
Buen Señor Jesús:
nos conoces tanto y sabes cuán vulnerables somos al pecado, que entiendes nuestras
debilidades. Gracias porque ya te llevaste en la cruz todo el peso de ellas y
ahora nos miras con compasión y bondad. Gracias porque no nos dejarás tentar
más allá de lo que podamos resistir. Tu amor inigualable nos constriñe. ¡Gracias,
muchas gracias buen Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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