Lo hizo así para que, mediante la promesa y el juramento, que son dos realidades inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está delante de nosotros.
Hebreos 6:18. NVI.
Lectura: Hebreos 6:13-20.
Versículo del día: Hebreos 6:18.
MEDITACIÓN DIARIA
Aquí está hablando de
acuerdo a la promesa dada por Dios a Abraham, “y dijo: Te bendeciré en gran
manera y multiplicaré tu descendencia” (v. 15). Tanto la promesa como el juramento
son realidades en Dios que no cambian, con el fin de que tengamos la llama viva
de la esperanza ya que su propósito es inmutable. Dios no miente; por lo tanto,
todas las promesas dadas se cumplirán. Puede suceder que ni siquiera las
podamos ver, pero llegarán. Me explico: conocí una señora que dio el testimonio
de cómo ella llegó a los pies del Señor, después de haber muerto su madre,
quien había orado por años para que esto sucediera. Su mamita no lo vio porque
fue en el tiempo del Señor, no en el de ella; lo importante es que la promesa
fue concedida porque cuando Dios lo dice, así es.
Creámosle a nuestro buen
Dios. Él solamente desea para nosotros el bien. Tiene planes de bienestar y no
de calamidad. Creámosle cuando nos dice que nos guardará de todo mal y que
ninguna plaga tocará nuestra morada. Quizá, este es el tiempo para poner a
funcionar nuestra confianza en el Dios de los imposibles para el mundo, pero no
para nosotros.
Amado Dios: te
damos gracias porque siempre estás a nuestro lado dándonos mensajes de amor,
esperanza y protección. Gracias porque como dice tu Palabra, no mientes ni te
arrepientes de lo prometido. Seguimos confiados esperando en Ti sabiendo que
tus promesas son realidades que jamás van a cambiar, porque Tú Eres un Dios
inmutable. ¡Te adoramos Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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