Eneas —le dijo Pedro—, Jesucristo te sana. Levántate y tiende tu cama. Y al instante se levantó.
Hechos 9:34 NVI.
Lectura: Hechos 9:32-43. Versículo del día: Hechos 9:34.
MEDITACIÓN DIARIA
Eneas era un hombre que
vivía en Lida; estaba paralítico desde hacía ocho años. Como Pedro fue a
visitar a los santos de esa región, se encontró con este hombre allí. De una
vez, sin rodeos, Pedro le dice: “Jesucristo te sana. Levántate y tiende tu cama”.
Así con esa fe firme, el discípulo del Señor entiende que esto es parte de su
misión y sin dudarlo, se lanza a ofrecerle sanidad por medio de Jesucristo. Más
adelante en Jope ve una discípula llamada Tabita que cayó enferma por esos días
y murió. Pedro hizo salir a todos de la habitación, se arrodilló y oró.
Volviéndose hacia la muerta, le dice: Tabita levántate. Enseguida abrió los
ojos y se levantó. Tanto el caso de la sanidad de Eneas como el de Tabita, sirvió
para que muchos creyeran y se volvieran hacia el Señor Jesús (vv. 32-43).
Creo que nosotros tenemos
que orar para que sea el Señor mismo hablándonos y permitiendo que en su Nombre
también se sanen enfermos y se levanten muertos, de tal manera que los ciegos
espirituales vean la gloria de Dios y se conviertan.
Señor Jesús: la
verdad, no sé qué es lo que nos falta para realizar en medio de nuestro diario
vivir, estas manifestaciones de tu poder y así llegar a tantos que necesitan sanar
cuerpos y espíritus. Llénanos de Ti mi Dios y Rey; que tu Santo Espíritu nos inunde
de fe y su fuego fluya agua de vida que podamos transmitirla a otros. ¡Utilízanos
con el poder Tuyo! ¡Te amamos Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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