miércoles, 19 de agosto de 2020

El camino despejado para ir al Lugar Santísimo


Cristo, por el contrario, al presentarse como sumo sacerdote de los bienes definitivos en el tabernáculo más excelente y perfecto, no hecho por manos humanas (es decir, que no es de esta creación), entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo. No lo hizo con sangre de machos cabríos y becerros, sino con su propia sangre, logrando así un rescate eterno. 
Hebreos 9:11-12. NVI.

Lectura: Hebreos 9:1-28.  Versículos del día: Hebreos 9:11-12.

MEDITACIÓN DIARIA

Es un gran alivio saber que Cristo Jesús sólo necesitó entrar una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo. Recordemos que al morir el Señor, el velo del templo se rasgó en dos dejándonos el espacio abierto para poder acceder al Padre, si así lo decidimos. “En efecto, Cristo no entró en un santuario hecho por manos humanas, simple copia del verdadero santuario, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora ante Dios en favor nuestro” (v. 24). Él a diferencia de los sumos sacerdotes que entraban cada año para hacer propiciación por el pecado del pueblo no sacrificó ningún macho cabrío ni becerro alguno, porque fue mucho más allá: con su propia sangre derramada logró un rescate eterno para nosotros. Sin derramamiento de sangre no hay perdón (v.22). Él nos rescató y compró con su propia sangre.
¡Cómo no valorar y aceptar este sacrificio! Nuestro buen Jesús lo entregó todo por amor para la salvación de toda la humanidad. Tú puedes entrar al Santo Lugar y adorarlo como lo merece. Por ti también fue su sangre derramada; no la menosprecies. Te darás cuenta que es el mejor regalo jamás ofrecido. ¡Acéptalo! Si te parece podemos orar:

Señor Jesús: nunca había entendido todo lo que hiciste por mí. Ahora que lo entiendo, sé que Eres el Único camino para poder entrar sin problema al Lugar Santísimo. Toma mi vida y perdona mis pecados. Gracias por abrirme esa puerta y permitir que pueda gozar del amor eterno del Padre Celestial. Gracias por tu obra majestuosa en la cruz del Calvario por mí. ¡Te amo Jesús!

Un abrazo y bendiciones.  

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