Una de ellas, que se llamaba Lidia, adoraba a Dios. Era de la ciudad de Tiatira y vendía telas de púrpura. Mientras escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que respondiera al mensaje de Pablo.
Hechos 16:14. NVI.
Lectura: Hechos
16:11-15. Versículo del día: Hechos
16:14.
MEDITACIÓN DIARIA
Pablo y Silas en Filipos
salieron a buscar un lugar de oración y se dispusieron a hablar con algunas
mujeres. Entre ellas estaba Lidia. Dice el versículo que “Mientras escuchaba,
el Señor le abrió el corazón”. Perfectamente nos damos cuenta que es siempre
Dios llegando al hombre y no el hombre llegando a Dios. Es el Espíritu de Dios
quien toca corazones y convence de pecado a las personas. Entonces, nuestra oración debe de estar
dirigida a Papá Dios, pidiendo que abra el corazón de la persona a quien
queremos hablarle.
Amado Señor Jesús:
te damo gracias porque siempre nos enseñas sobre tu voluntad plasmada en la bendita
Palabra que nos has dejado. Gracias porque entendemos que Eres Tú a través de
tu Santo Espíritu quien mueve corazones y convences a las personas de las
transgresiones con las que te hemos dejado a un lado. ¡Te exaltamos bendito
Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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