Hacen muy bien si de veras cumplen la ley suprema de la Escritura: Ama a tu prójimo como a ti mismo. Santiago 2:8. NVI.
Lectura: Santiago
2:1-13. Versículo del día: Santiago 2:8.
MEDITACIÓN DIARIA
Hablando de la discriminación
en las iglesias, Santiago nos recuerda las palabras del mismo Señor Jesús de: “Ama
a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39). Bien dice: “la fe que tienen en
nuestro glorioso Señor Jesucristo no debe dar lugar a favoritismos”. Y es que
si tenemos favoritismos es porque no estamos practicando el amor al prójimo.
Personalmente considero, que el Señor Jesús nos dejó ese nuevo mandato, porque
allí se encuentra encerrada toda la ley. Definitivamente es el amor, el que nos
mueve a hacer o dejar de hacer alguna cosa y fue por amor que el Señor murió y
se entregó por nosotros.
Tal vez decimos: ‘yo amo
al prójimo; no le hago ningún mal y estoy listo a ayudarle en lo posible’. Pero
es que ‘del dicho al hecho hay mucho trecho’. Creo que el amor que nos dejó el
Señor va más allá de lo que imaginamos: ¡es en realidad estar dispuestos a dar
la vida por ese prójimo! Yo me pregunto si en verdad estamos preparados para
hacerlo. Si dentro del pueblo de Dios vemos egoísmo, envidia, celos, rencores, contiendas,
hipocresía, ¿qué podemos esperar de los de afuera? Una buena reflexión para
tener en cuenta tanto tú como yo: ¿hasta dónde estoy dispuesto(a) a dar amor?
Amado Señor Jesús:
cuando analizamos profundamente lo que es impartir el amor que Tú nos mandas, llegamos
a la conclusión, que estamos muy lejos de ofrecerlo. Señor, tu Palabra dice que
lo más importante es el amor y la verdad, nos cuesta mucho entregar ese mismo
amor que un día Tú nos concediste. Permite buen Jesús que el Espíritu Santo nos
inunde y ese primer tributo de su fruto nos anegue por completo y podamos
brindarlo a diestra y siniestra sin reparo alguno. Gracias Señor por escuchar
nuestra oración.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario