miércoles, 2 de septiembre de 2020

Si nuestro pie cojea, Papito Dios lo sana


Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. 
Hebreos 12:1. NVI.

Lectura: Hebreos 12:1-13.  Versículo del día: Hebreos 12:1.

MEDITACIÓN DIARIA

En Hebreos se nos exhorta a dejar el pecado que nos arrastra. Cuántas veces nos envuelve de una manera tan sutil que cuando reaccionamos es como si no hubiéramos sido conscientes de ello. Y es muy cierto que alrededor nuestro hay muchas personas que han demostrado su fe. Por eso, en especial, debemos dejar el pecado que nos impide avanzar. Entonces, para esto: “Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios” (v. 2). Estoy convencida que cuando quitamos la mirada de nuestro Jesús, es cuando nos desviamos del camino.
Por todo lo anterior, no nos extrañemos si Dios nos disciplina, porque es mejor la corrección, a seguir en las garras del pecado. Tal como dice el siguiente versículo: “¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina? (v. 7b). Si se nos disciplina, es con el ánimo de encontrar sendas derechas para nuestros pies que van por el camino cojeando (v. 13), y nuestro buen Papito sabe perfectamente cuál pie es el que está ladeándose y desea sanarlo.

Amado Señor: gracias por esta Palabra Tuya que nos da vida. Una Palabra para que la tengamos en cuenta y nos alejemos por tu bendita gracia, del pecado que nos enreda y nos impide proseguir con pasos firmes la carrera que tenemos delante de nosotros. Gracias Padre Celestial por el amor que nos profesas como a tus hijos que somos. ¡Te alabamos y bendecimos tu Nombre por siempre!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: