sábado, 19 de septiembre de 2020

¡Solamente por Ti Señor!

Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. 

Santiago 1: 2-3. NVI.


Lectura: Santiago 1:1-18.  Versículo del día: Santiago 1:2-3.


MEDITACIÓN DIARIA


Otras versiones dicen: ‘cuando cayereis en diversas tentaciones’, Y bueno, sea una prueba o una tentación hay que tener gozo porque detrás de eso vienen frutos como la constancia o perseverancia que conducen a la paciencia. Más adelante nos dice Santiago: “Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman” (v. 12).

Estoy convencida que bien sea una prueba o una tentación, en su momento no es fácil resistirla. Solamente el Señor conociendo nuestra debilidad y gracias a que Él lo vivió en carne propia, nos saca adelante: “Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado” (Hebreos 4:15).

Mi recomendación es en estos casos pegarse fuertemente del Señor. Fuerte, muy fuerte. De verdad que el estar tibios o a medias, no sirve. Hay que reconocer ante nuestro Señor que no somos nada, que somos insignificantes y demasiado débiles o carnales, que por sí solos no podemos salir adelante. Hay que hacerle saber al enemigo que tenemos un Mediador que ya pagó por nosotros y por lo tanto no le vamos a seguir más el juego porque ahora nuestras vidas le pertenecen a Cristo el Señor.


Amado Jesús: cuando llegan las pruebas o tentaciones no tenemos más a dónde ir, sino a Ti buen Señor. Tú Eres nuestra fortaleza y nuestro Escudo. Gracias porque desde hace dos mil años cuando moriste por nosotros en esa cruz, te llevaste todo el peso de nuestros pecados. Tú, ya sabías lo débiles que somos y aparte de eso lo viviste en carne propia sin pecado alguno, para que Satanás no tuviera de qué jactarse y toda la honra y gloria fuese exclusivamente para Ti. El enemigo fue derrotado y ahora nos afirmamos en la fe hacia el único Dios Santo, Justo y Verdadero que Eres Tú. Precioso Espíritu, Tú nos das el dominio sobre los ataques del Maligno. Gracias buen Dios; salimos adelante solamente por tu gran amor y misericordia. ¡Alabado sea tu Nombre!


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: