martes, 8 de septiembre de 2015

Para que no todo sea un ir tras el viento




El fin de este asunto es que ya se ha escuchado todo. Teme, pues, a Dios y cumple sus mandamientos, porque esto es todo para el hombre.  Pues Dios juzgará toda obra, buena o mala, aun la realizada en secreto. 
Eclesiastés 12:13-14.


Lectura: Eclesiastés 12:1-14.  Versículos del día: Eclesiastés 12:13-14.

MEDITACIÓN DIARIA

Así termina “el Predicador”, “el Maestro” como se referencia aquí a Salomón, su libro de Eclesiastés. A través de sus doce capítulos nos hace ver lo efímera y fugaz que es la vida.  De hecho enseña a los cristianos a no poner la esperanza en el mundo, ya que por más que busquemos la felicidad en medio de este, no la encontraremos porque todo resulta siendo vanidad o ir tras el viento. Salomón en su epílogo, concluye que la fe en Dios, es el aliciente o motor de nuestra vida: “porque esto es todo para el hombre”.
Definitivamente teniendo a Dios, lo tenemos todo. La clave es dejarse gobernar por el Señor.  Por eso cuando le decimos a Jesús que tome el control de nuestra vida, que sea el Amo y Señor, tenemos que someternos a su voluntad para ir conociendo lo que Él nos demanda y encontrarle el significado exacto a la vida, que al fin de cuentas no es sino una travesía la cual se terminará un día. Nos queda entonces  cogernos de lo inagotable, de lo imperecedero, de lo celestial, que nada ni nadie nos lo arrebatará: la vida eterna junto a nuestro Amado Señor Jesús, quien fue el único que se ofreció por nosotros para llevar todo el peso de nuestros pecados bajo sus espaldas (1 Pedro 2:24), y así encontrarle el significado a este paso terrenal.

Amado Señor Jesús: Te damos gracias por tu amor y misericordia hacia la humanidad pecadora. Te entregamos completamente todas las áreas de nuestra vida, para que seas Tú llevándonos de tu mano y haciendo que se cumpla en cada uno, el propósito que tienes con ella. Gracias por ser nuestro Salvador y Redentor. ¡Te amamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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