Así mismo, había en Israel muchos enfermos de lepra en tiempos del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue sanado, sino Naamán el sirio.Lucas 4:27.
Lectura: Lucas 4:1-30. Versículo del día: Lucas 4:27.
MEDITACIÓN DIARIA
Cuando el corazón se
endurece, es difícil entender los designios de Dios. La voluntad de Dios, dice
la misma Escritura, es buena, agradable y perfecta. El Señor Jesús vino a
cumplir la voluntad del Padre: “Padre, si quieres, no me hagas beber este trago
amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42). Jesús en su
naturaleza humana tuvo que enfrentar incluso la tentación del diablo (vv. 1-13
en la lectura); y en el versículo descrito, vemos que estaba angustiado, pero
sin embargo, siempre tuvo presente su misión y nos dejó una enseñanza grande
sobre lo que es acatar la soberanía de Dios Padre.
En Nazaret, en su
propia tierra, era más criticado que admirado y fueron duros de corazón para
recibir sus enseñanzas, por eso el Señor les recuerda los milagros tanto del
profeta Elías con la viuda de Sarepta (vv. 25-26 ), como de Eliseo con Naamán
que ni siquiera era israelita, sino sirio. Mucha hambre había en toda la
tierra, incluyendo a Israel, sin embargo Elías fue enviado a calmar el hambre
de una mujer viuda, de un pueblo idólatra diferente al suyo. Todos estos
episodios nos demuestran que la voluntad del Padre va de la mano con su
soberanía y no nos corresponde cuestionarlo.
Aprendamos la
obediencia del Señor Jesús cumpliendo lo debido, que al final gozaremos de
todas las recompensas que nos tiene, por acatar su voluntad.
Señor Dios: Tú como el
mejor Papito del mundo sabes exactamente qué nos conviene y qué no. Danos
discernimiento para ser obedientes a Ti cumpliendo tu santa voluntad y
aceptando que eres el Dios Santo, Omnipotente y Poderoso; y que deseas que se
cumplan en nosotros tus planes de bienestar que nos tienes preparados.
Perdónanos porque somos tercos e indiferentes y nos perdemos tantos favores que
quieres regalarnos.
Un abrazo y
bendiciones,
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