sábado, 12 de septiembre de 2015

Mas Dios muestra su amor en favor de nosostros




Vuelvan a mí y sean salvos, todos los confines de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay ningún otro. 
Isaías 45:22. 


Lectura: Isaías 45:15-25.  Versículo del día: Isaías 45:22.

MEDITACIÓN DIARIA

Por medio del profeta Isaías, Dios hace una llamado a la humanidad: “Vuelvan a mí y sean salvos, todos los confines de la tierra”. El hombre pecador está separado de Dios y por lo tanto le queda difícil encontrarse con Dios. El pecado ha creado una barrera que no se puede traspasar sino solamente a través de Jesucristo, su Hijo, quien vino a morir por todos nuestros pecados. Entonces, hay que levantar la vista y mirar a Jesús, el autor y consumador de la fe. No existe ninguna otra alternativa; no hay otro camino. No es verdad que todos los caminos conducen a Roma, como queriendo afirmar que sí los hay y que ese es el lugar donde encontraremos a Dios. Satanás es sutil y ha llenado de mentiras nuestra cabeza, precisamente con el propósito de desviarnos del verdadero camino que es Jesús de Nazaret. Él afirmó: “Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí” (Juan 14:6). No existe otro camino.
Ninguna religión salva, ningún líder religioso fuera de Jesús, tampoco; ninguna filosofía ni ninguna persona por buena que se crea puede ser salva, sin la ayuda de nuestro Salvador. Y por si acaso queda alguna duda entre los ateos o inconversos, miremos lo que dice a continuación el Señor: “He jurado por mí mismo, con integridad he pronunciado una palabra irrevocable: Ante mí se doblará toda rodilla, y por mí jurará toda lengua” (v. 23 en la lectura). Todos los que se burlaban, se enfurecieron o no creían, quedarán avergonzados (v. 24).

Amado Dios y Padre: Gracias porque desde la misma caída del hombre en el paraíso del Edén, nos prometiste un Salvador y no dudaste en enviar a tu propio Hijo como Salvador del mundo, demostrando tu gran amor a pesar de ser tan pecadores. Gracias Señor Jesús porque cumpliste cabalmente el plan del Padre para pagar por nosotros y llevar a cuestas todo el pecado de la humanidad. Reconocemos que no hay otro Dios como Tú, buen Padre; y que tampoco existe otro camino sino solamente el trazado por tu mano divina: Tu Hijo Jesucristo. ¡Gracias Jesús por venir a morir en nuestro lugar!

Un abrazo y bendiciones.

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