jueves, 3 de septiembre de 2015

Tú nos fortalecerás con tu diestra victoriosa




Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. 
Isaías 41:10.


Lectura: Isaías 41:1-20.  Versículo del día: Isaías 41:10.

MEDITACIÓN DIARIA

A diario encontramos lindas y reconfortantes promesas con las que nuestro buen Dios cada mañana nos renueva las fuerzas y la esperanza para continuar. Es el Señor quien se encarga de dirigir nuestros pasos y Él va abriendo las puertas necesarias para que al final su propósito se cumpla en nuestras vidas. Yo entiendo, que se presentarán inconvenientes y tropiezos, pero si el Señor dice expresamente: “Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa”, es porque así es. Más adelante lo vuelve a repetir como reafirmando sus palabras para darnos más seguridad: “Porque yo soy el Señor, tu Dios, que sostiene tu mano derecha; yo soy quien te dice: No temas, yo te ayudaré” (v. 13). Y para que no quede ninguna duda: “¡el Santo de Israel es tu redentor!” (v. 14). Sí, sí. ¡Nuestro gran Redentor es quien aboga por nosotros! Nos lleva de su mano y aunque no lo veamos porque a veces creemos perderlo de vista, ahí está. En medio de la incertidumbre, en medio de la aflicción, en medio de la desesperanza y del ahogo dice: “yo mismo te ayudaré”.  “Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” (Romanos 8:31). “Conforme a la promesa que os hice cuando salisteis de Egipto, mi Espíritu permanece en medio de vosotros; no temáis” (Hageo 2:5 LBLA). Amén y amén.
Rindámonos ante sus pies; seamos sinceros cuando estemos hablando con el Señor y desbordemos ante Él todo lo que nos aqueja. Él desea que aprendamos a confiar en sus promesas porque no estamos solos; Él es nuestro Dios, Amo, Rey y Señor por siempre y jamás nos abandonará. ¡No hay nada qué temer!

Amado Señor y Dios nuestro: Yo creo, confieso y declaro que tu Palabra es verdad y que estas son las promesas que nos tienes y las que nos sostendrán. Gracias Señor por tu amor incondicional e inigualable. No tenemos que temer porque estemos donde estemos, ahí gozaremos de tu presencia. ¡Tú nos fortalecerás con tu diestra victoriosa!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: