Dichoso el que tiene en ti su fortaleza, que sólo piensa en recorrer tus sendas. Cuando pasa por el valle de las Lágrimas lo convierte en región de manantiales; también las lluvias tempranas cubren de bendiciones el valle.Salmo 84:5-6.
Lectura: Salmo
84:1-12. Versículos del día: Salmo
84:5-6.
MEDITACIÓN DIARIA
Definitivamente hay que
estar todos los días y a todas horas, cogidos fuertemente del Señor. Un mal
momento puede llegar inesperadamente y lo mejor es que no nos sorprenda fuera
de base. Si nos deleitamos en el Señor y deseamos cumplir su voluntad, no
tenemos por qué temer los malos tiempos; de todas maneras las tormentas
llegarán, pero hay que aprender a sacarle provecho a los borrascosos y entender
que unos y otros son obra del Señor (Eclesiastés 7:14); y termina este
versículo así: “el hombre nunca sabe con qué habrá de encontrarse después” ¡Qué
realidad tan cierta! Hoy estamos aquí, mañana no sabemos. La vida es efímera y
los golpes demasiado duros. A veces, en esas situaciones pienso que es como si
el Señor quisiera probarnos, y detallar minuciosamente nuestra reacción.
Bueno, si no fuera por
esas lluvias tempranas, tampoco podríamos visualizar después las bendiciones
que cubren el valle y ¿a quién le daríamos entonces, toda la honra y la gloria?
¡Dichosos los que en Ti confían!
Amado Señor: Ayúdanos a
tener siempre fija la mirada en Ti; a entender que tu soberanía hace parte
indiscutible de tus atributos y no somos nadie para cuestionarte en la
adversidad. ¡Atiende nuestra oración, Señor, Dios Todopoderoso! ¡Escucha Dios
de Jacob! Tú eres el Escudo protector, el Sol que iluminas nuestro andar;
queremos aceptar tu voluntad y confiar plenamente en Ti.
Un abrazo y
bendiciones.
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