sábado, 26 de septiembre de 2015

Dichosos los que en Ti confían




Dichoso el que tiene en ti su fortaleza, que sólo piensa en recorrer tus sendas. Cuando pasa por el valle de las Lágrimas lo convierte en región de manantiales; también las lluvias tempranas cubren de bendiciones el valle. 
Salmo 84:5-6.


Lectura: Salmo 84:1-12.  Versículos del día: Salmo 84:5-6.

MEDITACIÓN DIARIA

Definitivamente hay que estar todos los días y a todas horas, cogidos fuertemente del Señor. Un mal momento puede llegar inesperadamente y lo mejor es que no nos sorprenda fuera de base. Si nos deleitamos en el Señor y deseamos cumplir su voluntad, no tenemos por qué temer los malos tiempos; de todas maneras las tormentas llegarán, pero hay que aprender a sacarle provecho a los borrascosos y entender que unos y otros son obra del Señor (Eclesiastés 7:14); y termina este versículo así: “el hombre nunca sabe con qué habrá de encontrarse después” ¡Qué realidad tan cierta! Hoy estamos aquí, mañana no sabemos. La vida es efímera y los golpes demasiado duros. A veces, en esas situaciones pienso que es como si el Señor quisiera probarnos, y detallar minuciosamente nuestra reacción.
Bueno, si no fuera por esas lluvias tempranas, tampoco podríamos visualizar después las bendiciones que cubren el valle y ¿a quién le daríamos entonces, toda la honra y la gloria? ¡Dichosos los que en Ti confían!

Amado Señor: Ayúdanos a tener siempre fija la mirada en Ti; a entender que tu soberanía hace parte indiscutible de tus atributos y no somos nadie para cuestionarte en la adversidad. ¡Atiende nuestra oración, Señor, Dios Todopoderoso! ¡Escucha Dios de Jacob! Tú eres el Escudo protector, el Sol que iluminas nuestro andar; queremos aceptar tu voluntad y confiar plenamente en Ti.

Un abrazo y bendiciones.

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