¿Quién encuentra a su enemigo y le perdona la vida? ¡Que el Señor te recompense por lo bien que me has tratado hoy!1 Samuel 24:19.
Lectura: 1 Samuel
24:1-22. Versículo del día: 1 Samuel
24:19.
MEDITACIÓN DIARIA
¡Ay! Ahora que el
pueblo de Colombia necesita tanto perdonar, debería tener en cuenta ese pasaje
de la Biblia. Saúl buscaba a David por todo lado para matarlo y Dios lo que hizo
fue poner a Saúl en su camino. Sin embargo, David le perdona la vida y no le
hace nada. Es necesario perdonar para liberarnos de esa carga tan pesada
llevada a cuestas, quizá por años. El perdonar nos da sanidad interior; y si el
infractor vuelve a caer en lo mismo, hay que volver a perdonar. ¿Siete veces? ¡Noo! “sino hasta setenta y siete veces” dice la Nueva Versión Internacional y la Reina
Valera: “sino aun hasta setenta veces siete” (Mateo 18:22). Perdonar es una
decisión clave en la vida del cristiano y el que no lo practique tampoco puede
esperar que el Señor le perdone.
Por más que busquemos
argumentos para no perdonar, ante Dios no son válidos. Dios nos manda perdonar,
y eso es lo que tenemos que hacer. Frases como: ‘Perdono pero no olvido” o “que
lo perdone Dios, porque yo no puedo”; son palabras que se las lleva el viento y
por ende no tienen ninguna validez. Queremos una vida donde se cumpla lo que
Jesús les dijo a los judíos que habían creído en Él: —Si se mantienen fieles a
mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la
verdad los hará libres” (Juan 8:31-32). ¿Nos decimos sus discípulos? Entonces
tenemos que ser fieles a sus enseñanzas,
para que esa verdad que es el mismo Señor Jesucristo, nos dé completa libertad.
Amado Señor: gracias
por enseñarnos que sin perdón no hay reconciliación y tu propósito al venir al
mundo fue precisamente ese: reconciliarnos con el Padre celestial, para tener
libertad total. Queremos dejar sobre tu espalda la carga tan pesada de nuestro
rencor, iras y deseos de venganza hacia los que nos han hecho mal. Gracias
Señor porque eres Tú quien cambias corazones y los vuelves sensibles para
escucharte y obedecerte.
Un abrazo y
bendiciones
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