No saben nada, no entienden nada; sus ojos están velados, y no ven; su mente está cerrada, y no entienden.Isaías 44:18.
Lectura: Isaías
44:6-23. Versículo del día: Isaías
44:18.
MEDITACIÓN DIARIA
La lectura de hoy nos habla
sobre los que fabrican ídolos, para hacernos entender que estos, son
simplemente obra de manos humanas y el único Dios, Rey y Redentor es nuestro
Dios. Él es el primero y el último. “¿Hay algún Dios fuera de mí? No, no hay
otra Roca; no conozco ninguna” (v. 8). Los ídolos son figuras fabricadas por
las manos humanas: “¡simples mortales son los artesanos!” (v. 11b). El herrero,
el carpintero; cada uno lo trabaja de acuerdo a las herramientas de su
profesión. El carpintero al igual que usa los cedros como combustible para
calentarse, “Con el resto hace un dios, su ídolo; se postra ante él y lo adora.
Y suplicante le dice: Sálvame, pues tú eres mi dios” (v. 17). Definitivamente, falta razonar más y darse
cuenta que un pedazo de madera no puede salvar a nadie. “No saben nada, no
entienden nada; sus ojos están velados, y no ven; su mente está cerrada, y no
entienden”.
Si hemos caído en estas
trampas de idolatría, volvámonos hacia nuestro verdadero Dios; reflexionemos
quién está ocupando el primer lugar desplazado al Dios verdadero que un día
conocimos. Él está a la espera y nos dice: “Recuerda estas cosas, Jacob, porque
tú eres mi siervo, Israel. Yo te formé, tú eres mi siervo; Israel, yo no te
olvidaré. He disipado tus transgresiones como el rocío, y tus pecados como la
bruma de la mañana. Vuelve a mí, que te he redimido” (vv. 21-22). Es a cada uno
de nosotros que el Señor habla. Cambiemos el Jacob o Israel por nuestro nombre
y entendamos el mensaje de hoy. Es fácil desplazar al Señor y dejarnos llevar
por banalidades. Tengamos mucho cuidado con estas cosas.
Amado Señor: Siempre
estás dispuesto a enseñarnos y sacarnos adelante a pesar de nuestra terquedad y
falta de conocimiento. Perdona porque no solamente hacemos ídolos de hierro y
madera, sino de muchos otros materiales. Incluso muchas veces ni siquiera
necesitamos un muñeco de arcilla, porque tomamos como ídolos a personas
humanas, objetos o cualquier actividad como el trabajo. Todo lo que ponemos por
encima tuyo, ya es abominación para Ti, porque no compartes con nadie ni nada
tu gloria, soberanía y poder. Queremos adorarte y alabarte solo a Ti. Permite
que siempre seas el primero en nuestras vidas. ¡Gloria sea a tu Nombre buen
Dios!
Un abrazo y
bendiciones.
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