domingo, 14 de junio de 2015

Si somos su familia tenemos que portarnos como tal



Cualquiera que hace la voluntad de Dios es mi hermano, mi hermana y mi madre. 
Marcos 3:35.

Lectura: Marcos 3:31-35.  Versículo del día: Marcos 3:35.

MEDITACIÓN DIARIA

Cuando Jesús estaba cumpliendo su ministerio fueron a buscarlo su madre y hermanos; fue avisado que estaban afuera, y Él replicó: “¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?” (v. 33). Personalmente considero que el Señor Jesús ahí tuvo la oportunidad de dejarnos bien claro que si nosotros lo seguimos y obedecemos haciendo la voluntad de Dios, nos convertimos inmediatamente en su familia. Y como un paréntesis: si bien es cierto que no le dio ninguna relevancia a su madre, tampoco quiere decir que no le importaba porque en su agonía, al verla a los pies de la cruz, le dijo al discípulo amado: “Ahí tienes a tu madre” (Juan 19:27a). También le dijo a María: “Mujer, ahí tienes a tu hijo” (Juan 19:26). Fue como dándole a Juan el cuidado de su madre, porque más adelante dice que Juan desde ese momento la recibió en su casa (Juan 19:27b).
Nosotros ya como parte de su familia queremos agradar no a los hombres, sino como siervos de Cristo, agradamos de todo corazón a Dios, haciendo su voluntad (Efesios 6:6). Recordemos que no importa que lo llamemos “Señor, Señor” porque si no hacemos la voluntad del Padre no entraremos al reino de los cielos (Mateo 7:21). Jesús cumplió la voluntad del Padre en su totalidad y espera que nosotros también lo hagamos siguiendo el ejemplo de obediencia que nos dejó. Si somos su familia tenemos que acatar sus reglas y portarnos como tal.

Amado Señor Jesús: Gracias porque por fe, nos consideramos como parte de tu familia celestial. Te rogamos que cada día nos enseñes a cumplir fielmente la voluntad del Padre para ser dignos merecedores del título que nos diste, al hacernos partícipes de esa gran familia. ¡Te amamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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