Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, extenuada y sedienta.Salmo 63:1.
Lectura: Salmo
63:1-11. Versículo del día: Salmo 63:1.
MEDITACIÓN DIARIA
Cuando llega el momento
de tomar decisiones serias respecto a situaciones que antes las veíamos como
normales, no deja de sentirse temor, ansiedad, incertidumbre y preocupación por
no tener quizá la certeza absoluta que ese es el mejor camino y que no nos
vamos a equivocar en lo resuelto. Esta misma zozobra nos transporta a sentimos cansados, agotados,
extenuados y angustiados. Lo único que tenemos para mirar al frente y cogernos
fuertemente es el Señor. Y creo que es el mismo Señor quien nos lleva a esta
situación para que aprendamos precisamente a reconocerlo como el Dios que es, y
nos demos cuenta que sin Él no podemos llegar a ninguna parte, porque no existe
ningún otro a quien podamos acudir en medio del desaliento y la congoja.
Además, es el Señor quien se encarga de abrir las puertas necesarias para que
prosigamos o cerrarlas para detenernos.
Solo queda por decir
que si hemos visto y contemplado su poder, su gloria y su deleitoso amor (vv.
4-5), no hay por qué temer; el Señor siempre, va a estar ahí.: “Mi alma se
aferra a ti; tu mano derecha me sostiene” (v. 8).
Amado Señor: Gracias
porque tu Palabra es como el agua refrescante que inunda el corazón sediento.
Gracias porque a donde quiera que vayamos, vas Tú adelante prodigándonos
tranquilidad, gozo y bienestar. Gracias porque nos aferramos a Ti fuertemente
de tu vara y tu cayado sabiendo que nos guiarás por sendas de justicia y paz. ¡Te
amamos buen Dios!
Un abrazo y
bendiciones.
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