viernes, 26 de junio de 2015

La rutina puede volverse tradición




¡Qué buena manera tienen ustedes de dejar a un lado los mandamientos de Dios para mantener sus propias tradiciones! 
Marcos 11:9.


Lectura: Marcos 7:1-23.  Versículo del día: Marcos 7:9.

MEDITACIÓN DIARIA

Los fariseos y judíos tenían ciertos ritos que se convirtieron en tradición, como el de lavarse las manos siempre antes de comer; lo cual si no se hacía, era un acto impuro para ellos.
Creo que si nos ponemos a ver, la iglesia protestante tampoco es ajena a seguir ciertas tradiciones que terminan pesando más sobre lo que verdaderamente es importante. Hay muchas cosas que se prohíben en las iglesias solamente porque sí y porque desde sus comienzos así obraron sus fundadores sin tener en cuenta que sin salirse de lo que es la Palabra de Dios, hay que ir acorde con el avance del mundo. Un ejemplo muy claro está en las iglesias que no aceptan otra versión diferente a la Reina Valera y si perciben o ven que alguien está utilizando una versión más moderna, lo tildan de hereje. Otros se fijan más es en lo material o exterior de las personas sin conocer en verdad su corazón. Así por ejemplo exigen que las mujeres no se corten el cabello, no se arreglen, no usen pantalones; y si son los hombres y llevan el cabello largo o cualquier adorno, lo estigmatizan y señalan. Bien les recriminaba el Señor, porque como en otra ocasión les decía: “¡Guías ciegos! Cuelan el mosquito pero se tragan el camello” (Mateo 23:24).
Revisemos nuestra vida cristiana. La lectura de hoy es una buena lección para que desechemos desde ahora lo que probablemente se ha convertido en rutina; y lo hemos transmitido en esa forma para con el tiempo volverlo tradición. Tradición que tiene que hacerse simplemente porque así lo concebimos, dejando a un lado los verdaderos mandatos de Dios. Tengamos cuidado: la rutina puede volverse tradición y eso no es lo que espera Dios de nosotros.

Amado Señor: Te pedimos que nos enseñes a obrar sencillamente y con corazón sincero y humilde ante Ti, dejando de lado tanto formalismo y puritanismo que solamente nos conducen a prácticas tradicionales que nos desvían del camino y que no van acordes con las Escrituras. Gracias buen Dios por tu instrucción y tu Palabra que es verdad.

Un abrazo y bendiciones.

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