domingo, 21 de junio de 2015

Expertos en pedir pero sin dar y cumplir lo nuestro




Y ahora, Israel, ¿qué te pide el Señor tu Dios? Simplemente que le temas y andes en todos sus caminos, que lo ames y le sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma,  y que cumplas los mandamientos y los preceptos que hoy te manda cumplir, para que te vaya bien. 
Deuteronomio 10:12-13.


Lectura: Deuteronomio 10:10-22. Versículos del día: Deuteronomio 10:12-13.

MEDITACIÓN DIARIA

Cambiemos el ‘Israel’ por nuestro nombre. ¿Qué te pide el Señor? Somos especialistas en pedir y pedir; y cuando el Señor no nos responde, nos desanimamos e incluso nos ponemos bravos. Pero preguntémonos: ¿sí nos hemos concientizado de lo que Él nos pide? Nos demanda el temor reverente que se merece, amándolo por encima de cualquier persona o cosa: con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas. ¿En verdad sí es Dios quien ocupa el primer lugar en nuestras vidas? Es muy fácil reemplazarlo; de hecho con frecuencia se desplaza por el cónyuge, un hijo, el dinero, el auto, el estudio, el trabajo, etc., y así queremos que Dios esté pendiente hasta de lo menor y nos cumpla sus promesas. Antes, su misericordia es tan grande, que sin merecerlo nos cuida como el mejor Padre.  En definitiva somos expertos en pedir y desatendidos en dar y cumplir.
Debemos reflexionar y no ser tan exigentes con Dios, cuando nosotros ni siquiera lo tenemos ni vemos como lo que en realidad es. Él es el Dios soberano, creador de todas las cosas y criaturas incluyéndonos también. Aprendamos a amarlo y honrarlo como se merece; Si lo amamos de ese modo, nos quedará fácil andar en su camino y cumplir sus mandatos. Entonces, sí, podemos presentarnos a rogarle por lo nuestro sin tener de qué avergonzarnos.

Amado Señor: Muchas gracias por darnos claridad en tu Palabra. Queremos hacer tu voluntad y no desviarnos del camino. Te pedimos constancia, discernimiento y templanza para amarte y seguirte como al mejor tesoro que hemos encontrado. No permitas que jamás no separemos de Ti. Gracias por tu bondad buen Dios.

Un abrazo y bendiciones.

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