Tan pronto como el grano está maduro, se le mete la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha.Marcos 4:29.
Lectura: Marcos
4:26-29. Versículo del día: Marcos 4:29.
MEDITACIÓN DIARIA
Nunca le había puesto
demasiada atención a esta parábola y la verdad, creo que se puede tomar como para
cada uno de nosotros que somos esa semilla que poco a poco va creciendo. Quizá
ni siquiera alcancemos a percatarnos de ello y menos los demás; pero llegará el
momento en que esa semilla empieza a brotar al punto que se puede recoger una
abundante cosecha.
Igualmente viéndola desde una
perspectiva más general, el Señor nos muestra que su reino se va consolidando
día a día sobre la que es su Iglesia. Él mismo se encargó de esparcir esa
semilla hasta hacerla brotar y crecer.
No nos damos cuenta, considero, porque es la acción de su Santo Espíritu
haciendo todo el trabajo. Al comienzo solo se notan sus tallos, luego la espiga
y por último el grano lleno en la espiga hasta completar su madurez. Puede ser en mi concepto, referirse a la
Segunda Venida del Señor que viene por su Iglesia cuando ya la cosecha esté
lista. Para mí, el empezar con los tallos son
los primeros que le escucharon: sus discípulos. Más tarde después
de su ascensión empezaron a salir las espigas: los que vinieron por el
cumplimiento de la gran comisión de los primeros y así sucesivamente su Iglesia
se ha ido cimentando para estar lista y esperarlo para que la recoja
completamente en su venida.
Tal vez lo más importante
sea, que de un modo u otro siempre estaremos ahí: bien porque empecemos como la
semilla regada o porque por esa misma semilla, contribuimos a formar la Iglesia
de Cristo.
Amado Señor: Gracias
porque somos partícipes en la expansión de tu reino. Deseamos que por la misión
encomendada como parte de tu Iglesia, contribuyamos a que en el momento de
extender la hoz, la cosecha esté lista y agradable para Ti.
Un abrazo y
bendiciones.
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