lunes, 22 de junio de 2015

Siendo íntegros ante el Señor




No confíen en la extorsión ni se hagan ilusiones con sus rapiñas; y aunque se multipliquen sus riquezas, no pongan el corazón en ellas. 
Salmo 62:10


Lectura: Salmo 62:1-12.  Versículo del día: Salmo 62:10.

MEDITACIÓN DIARIA

Es bastante desconsolador y triste, saber que vivimos tiempos donde casi todos los entes nacionales y privados son corruptos. Ya no es solamente en entidades oficiales que eran las que comandaban esta práctica; ahora los vemos en administraciones o asociaciones de conjuntos, de colegios y hasta en zonas rurales donde en muchas ocasiones son las juntas comunales las que mandan la parada. En este Salmo el rey David, no solo le pedía a Dios que lo ayudara y guardara de sus enemigos; también le hacía un llamado al pueblo para que no cayera en estas trampas de podredumbre. Él como gobernante quería hacer las cosas bien, pero sin embargo como todos los que están en esos cargos, tenía a muchos  que deseaban verlo derrocado y hasta muerto. Por eso dice que su refugio está en Dios que es su roca y salvación (vv. 6 y 7).
Personalmente como cristiana, creo que estamos llamados a no criticar y caerle a los gobernantes con tanta sevicia. La misma Palabra de Dios nos exhorta a orar por ellos (1 Timoteo 2:2), porque así no lo entendamos son puestos por Dios (Romanos 13:1) y es Él, quien se encargará de juzgarlos por sus acciones. En mi país he observado a personas cristianas que han ocupado altos cargos haciendo las cosas bien y aun los mismos cristianos las tildan a diestra y siniestra. Mi apreciación es que lo hacen más por envidia en unos, y  el deseo de riqueza en otros; riqueza que viene tras el poder. Al final de cuentas la raíz de todos los males es el amor al dinero (1 Timoteo 6:10).  
Nosotros debemos comportarnos dando testimonio de lo que decimos que somos y por consiguiente no dejándonos llevar por esas prácticas como las del soborno e injuria. Dios desea que los de su pueblo estén apartados de toda malicia y corrupción. Hagamos las cosas bien; seamos íntegros ante el Señor, arrodillados a sus pies para estar levantados ante los hombres.

Amado Señor: Oramos por nuestros gobernantes y por todos los que tienen cargos de preeminencia en los gobiernos, especialmente los cristianos, para que seas Tú mismo colocando en sus corazones obrar rectamente. Enséñanos a no criticar y juzgar a priori. También te pedimos que tanto a ellos como a nosotros nos des discernimiento, sabiduría y templanza para no caer en manos de corruptos y seguir sus prácticas. Gracias buen Dios por escucharnos y guardarnos.

Un abrazo y bendiciones.

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