No confíen en la extorsión ni se hagan ilusiones con sus rapiñas; y aunque se multipliquen sus riquezas, no pongan el corazón en ellas.Salmo 62:10
Lectura: Salmo
62:1-12. Versículo del día: Salmo 62:10.
MEDITACIÓN DIARIA
Es bastante
desconsolador y triste, saber que vivimos tiempos donde casi todos los entes
nacionales y privados son corruptos. Ya no es solamente en entidades oficiales
que eran las que comandaban esta práctica; ahora los vemos en administraciones o
asociaciones de conjuntos, de colegios y hasta en zonas rurales donde en muchas
ocasiones son las juntas comunales las que mandan la parada. En este Salmo el
rey David, no solo le pedía a Dios que lo ayudara y guardara de sus enemigos;
también le hacía un llamado al pueblo para que no cayera en estas trampas de podredumbre.
Él como gobernante quería hacer las cosas bien, pero sin embargo como todos los
que están en esos cargos, tenía a muchos que deseaban verlo derrocado y hasta muerto.
Por eso dice que su refugio está en Dios que es su roca y salvación (vv. 6 y
7).
Personalmente como
cristiana, creo que estamos llamados a no criticar y caerle a los gobernantes
con tanta sevicia. La misma Palabra de Dios nos exhorta a orar por ellos (1
Timoteo 2:2), porque así no lo entendamos son puestos por Dios (Romanos 13:1) y
es Él, quien se encargará de juzgarlos por sus acciones. En mi país he
observado a personas cristianas que han ocupado altos cargos haciendo las cosas
bien y aun los mismos cristianos las tildan a diestra y siniestra. Mi apreciación
es que lo hacen más por envidia en unos, y el deseo de riqueza en otros; riqueza que
viene tras el poder. Al final de cuentas la raíz de todos los males es el amor
al dinero (1 Timoteo 6:10).
Nosotros debemos
comportarnos dando testimonio de lo que decimos que somos y por consiguiente no
dejándonos llevar por esas prácticas como las del soborno e injuria. Dios desea
que los de su pueblo estén apartados de toda malicia y corrupción. Hagamos las
cosas bien; seamos íntegros ante el Señor, arrodillados a sus pies para estar
levantados ante los hombres.
Amado Señor: Oramos por
nuestros gobernantes y por todos los que tienen cargos de preeminencia en los
gobiernos, especialmente los cristianos, para que seas Tú mismo colocando en
sus corazones obrar rectamente. Enséñanos a no criticar y juzgar a priori.
También te pedimos que tanto a ellos como a nosotros nos des discernimiento,
sabiduría y templanza para no caer en manos de corruptos y seguir sus prácticas.
Gracias buen Dios por escucharnos y guardarnos.
Un abrazo y
bendiciones.
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