sábado, 20 de junio de 2015

Atrévete, no tengas miedo



Pensaba: Si logro tocar siquiera su ropa, quedaré sana. 
Marcos 5:28.


Lectura: Marcos 5:21-43.  Versículo del día: Marcos 5:28.

MEDITACIÓN DIARIA

Esta parte del capítulo nos muestra dos milagros ocurridos por la fe de sus protagonistas: la mujer con flujo de sangre desde hacía doce años; y Jairo el jefe de una sinagoga que tenía una niña enferma a punto de morir. Personalmente considero que si Jairo que iba al lado del Señor presenció la sanidad de la mujer solamente con ella tocar el borde de su manto, su esperanza y fe se acrecentaron yendo directamente él a su lado y habiéndole manifestado su dolor. Sin embargo, al llegar los de su casa a darle la noticia que ya la niña había muerto, el Señor con su infinita misericordia se voltea para animarlo y decirle: “No tengas miedo; cree nada más” (v. 36). Al llegar a casa la niña sí estaba muerta pero el Señor le ordenó que se levantara y así lo hizo (v. 41).
Definitivamente es de admirar la fe de la mujer; ella había oído hablar de Jesús y su desesperación la llevó a acrecentar su fe: Si logro tocar siquiera su ropa, quedaré sana, se decía. Nosotros tenemos a un Dios vivo que despliega todo su poder en favor nuestro. A veces nos entra su Palabra por un oído y nos sale por el otro sin dejarnos la menor huella de lo que podemos lograr si estamos  pegados a Cristo: “separados de mí no pueden ustedes hacer nada” (Juan 15:5).  Si queremos que se produzca un milagro, tenemos que creer primero en Dios;  “En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan” (Hebreos 11:6). Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
¿Padeces alguna dolencia del alma o del cuerpo? Busca a Jesús, ámalo y reconócelo como Dios. ¡Atrévete a tocarlo! ¡No tengas miedo; cree nada más!

Amado Señor: Gracias porque también en mi vida he visto tu poder y gloria manifestarse, y puedo dar testimonio de que eres el verdadero Dios, grande y soberano. Gracias buen Señor por las personas que leen este devocional y sus almas, cuerpos o espíritus están afligidos y consumados en el dolor. Yo te ruego Señor que permitas que  lleguen hacia Ti quebrantados por tu amor y misericordia y que Tú tengas compasión de ellos y los sanes. Muchas gracias mi Señor.

Un abrazo y bendiciones.

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