Abram creyó al Señor, y el Señor lo reconoció a él como justo.Génesis 15:6.
Lectura: Génesis
15:1-21. Versículo del día: Génesis
15:6.
MEDITACIÓN DIARIA
Dios le dio a Abram
(más tarde llamado Abraham), la promesa de un hijo y le dijo que su descendencia
sería como las estrellas del cielo (v.5). Abram fue un hombre no solo temeroso
de Dios sino obediente y a la vez el que confiaba plenamente en Él. Elevado al
nivel de amigo de Dios (Santiago 2:23).
Al respecto Pablo nos
habla en la carta a los romanos lo siguiente: “Contra toda esperanza, Abraham
creyó y esperó”; y más adelante: “Ante la promesa de Dios no vaciló como un
incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios tenía poder
para cumplir lo que había prometido” (Romanos 4:18 y 20-21). Los cristianos somos salvos por la fe (Efesios
2:8-9), la fe en Cristo Jesús y por Él somos justificados: “Esta justicia de
Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no
hay distinción, pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados
gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó” (Romanos 3:22-24).
Cuando recibimos a Cristo somos justificados al igual que Abraham y por ende se
nos afirma la fe al creer como él, todas las promesas que Dios tiene para sus
hijos: sin vacilar; más bien reafirmando la fe y dando gloria a Dios,
plenamente convencidos de que Dios tiene poder para cumplir lo que ha
prometido. Contra toda esperanza, cree y espera. ¡Gloria a Dios!
Amado Señor: Gracias
porque a través de tu sangre derramada ya nos has justificado ante el Padre
celestial y nos reafirmas que por tu gracia tenemos derecho a la vida eterna y
al cumplimiento de todas las promesas de las que podemos gozar por ser tus herederos.
¡Gracias buen Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
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