jueves, 15 de enero de 2015

Su justificación afirma nuestra en en sus promesas




Abram creyó al Señor, y el Señor lo reconoció a él como justo. 
 Génesis 15:6.


Lectura: Génesis 15:1-21.  Versículo del día: Génesis 15:6.

MEDITACIÓN DIARIA

Dios le dio a Abram (más tarde llamado Abraham), la promesa de un hijo y le dijo que su descendencia sería como las estrellas del cielo (v.5). Abram fue un hombre no solo temeroso de Dios sino obediente y a la vez el que confiaba plenamente en Él. Elevado al nivel de amigo de Dios (Santiago 2:23).
Al respecto Pablo nos habla en la carta a los romanos lo siguiente: “Contra toda esperanza, Abraham creyó y esperó”; y más adelante: “Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios,  plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido” (Romanos 4:18 y 20-21).  Los cristianos somos salvos por la fe (Efesios 2:8-9), la fe en Cristo Jesús y por Él somos justificados: “Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción, pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios,  pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó” (Romanos 3:22-24). Cuando recibimos a Cristo somos justificados al igual que Abraham y por ende se nos afirma la fe al creer como él, todas las promesas que Dios tiene para sus hijos: sin vacilar; más bien reafirmando la fe y dando gloria a Dios, plenamente convencidos de que Dios tiene poder para cumplir lo que ha prometido. Contra toda esperanza, cree y espera. ¡Gloria a Dios!

Amado Señor: Gracias porque a través de tu sangre derramada ya nos has justificado ante el Padre celestial y nos reafirmas que por tu gracia tenemos derecho a la vida eterna y al cumplimiento de todas las promesas de las que podemos gozar por ser tus herederos. ¡Gracias buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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