Tenía Noé seiscientos años de edad cuando las aguas del diluvio inundaron la tierra.Génesis 7:6.
Lectura: Génesis
7:1-24. Versículo del día: Génesis 7:6.
MEDITACIÓN DIARIA
Noé, no era un muchacho cuando el Señor lo llamó para que construyera el arca; ya era
de edad avanzada. Sin embargo, fue obediente a la orden y construyó el arca
tal como el Señor se lo había ordenado (Génesis 6:22). Todo este trabajo le demandó
mucho tiempo; no solamente la construcción del barco, sino también la selección
de los animales. ¡Ardua tarea tuvo por delante! Y sin embargo no vaciló en
hacerlo. Muy seguramente Noé advirtió a la gente sobre lo que iba a suceder
pero poco le debieron creer; al contrario se burlarían de él, lo tacharían de
loco o de fanático por su integridad con Dios, como sucederá en los últimos
tiempos (2 Pedro 3:3-7).
Saquemos varias
conclusiones sobre Noé y su barca: La primera es la obediencia a Dios sin
importar las objeciones de los demás. El coraje y fortaleza que tuvo para
realizar con diligencia la misión encomendada. Seguir exactamente los
lineamientos de Dios en su construcción y entender que a pesar del tiempo que
estuvo allí con su familia y todos los animales, la barca nunca sucumbió. Un
barco artesanal nada que ver con el Titanic, construido con manos y mentes
deslumbrantes pero sin Dios en su corazón.
Reflexionemos sobre la
historia y aprendamos las lecciones dejadas allí: Hay que obedecer a Dios antes
que a los hombres; hay que predicar para que la gente esté preparada, así nos
tilden de locos; y no hay que quitarle el mando al capitán de nuestro barco
porque perdemos el rumbo y naufragaremos.
Amado Señor: Gracias
porque nos has mirado con benevolencia y entendemos tu Palabra. Permite que no
la retengamos para nosotros solos, sino que vayamos a compartirla con tantos
necesitados que están a punto de
hundirse en los barcos de sus vidas. Enséñanos a construir nuestra vida de
manera excelente siguiendo las instrucciones tuyas.
Un abrazo y
bendiciones.
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