martes, 27 de enero de 2015

La adopción física y la espiritual son bendición



 Mardoqueo tenía una prima llamada Jadasá. Esta joven, conocida también como Eter, a quien había criado porque era huérfana de padre y madre, tenía una figura atractiva y era muy hermosa. Al morir sus padres, Mardoqueo la adoptó como su hija. 
Ester 2:7.


Lectura: Ester 2: 1-23.  Versículo del día: Ester 2:7.

MEDITACIÓN DIARIA

Ester fue una mujer privilegiada: al morir sus padres, Mardoqueo que era primo la adoptó como su hija;  tenía una figura atractiva y era hermosa. Fue llevada al palacio junto con otras jóvenes para que dentro de esas doncellas el rey eligiera el reemplazo de Vasti, la reina destituida del cetro. “El rey se enamoró de Ester más que de todas las demás mujeres, y ella se ganó su aprobación y simpatía más que todas las otras vírgenes. Así que él le ciñó la corona real y la proclamó reina en lugar de Vasti” (v. 17). Se nota el amor y el cuidado que le prodigó su primo porque aun estando ya instalada en el palacio, él aguardaba sentado a la puerta del rey (vv. 19 y 21), como pretendiendo enterarse sobre lo que pasaba con su hija.
La adopción es uno de los mejores regalos que se le puede brindar a un ser humano. Estoy segura que como en el caso de Moisés adoptado por la hija del Faraón y en el de Ester,  a quienes Dios utilizó para cumplir con su pueblo un propósito especial, también lo hará con los bellos tesoros que son los hijos adoptados.
Lo más maravilloso de entender la adopción es saber que todos nosotros igualmente, somos adoptados como hijos de Dios: “Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: ¡Abba! ¡Padre!” (Romanos 8:15). Si  por ahora no entendemos cuál es el propósito de Él en nuestras vidas; en su tiempo nos lo dará a conocer y comprenderemos la grandeza de su ternura y amor incomparables.

Amado Señor: Te damos gracias por la vida de los niños que han sido adoptados por padres amorosos, con el deseo sincero de ofrecerles un futuro mejor. También te agradecemos el milagro de la adopción como hijos tuyos y el propósito que tienes con cada uno de nosotros.

Un abrazo y bendiciones.

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